COSAS QUE TODOS HEMOS HECHO UNA VEZ

1. Todos hemos intentado no pisar las rayas del suelo.

2. Todos hemos tenido la sensación de caernos cuando estamos durmiendo.

3. Todos hemos pensado que nuestra voz en los videos es distinta y rara.

4. Todos hemos cerrado la nevera muy despacio para ver cuando se apaga la luz.

5. Todos hemos mirado dos veces la hora porque a la primera no nos fijamos.

6. Todos hemos girado la almohada para ponerla al lado frío.

7. Todos hemos buscado nuestro nombre en Google.

8. Todos hemos intentado poner el interruptor de la luz entre el ON y el OFF

9. Todos hemos buscado algo que no encontramos y cuando llamamos a nuestra madre aparece por arte de magia.

10. Todos cuando eramos pequeños dibujábamos el sol en una esquina.

11. Todos nos hemos acordado de algo, nos hemos empezado a reír, y nos han mirado con cara rara.

12. Todos hemos apretado más un botón del mando de la tele cuando se acaban las pilas.

13. Todos de pequeños creíamos que el corazón era realmente era así: "♥"

14. Todos empezamos cantando las canciones y acabamos tarareándolas.

15. Todos hemos aprendido algo de Portugués leyendo en las cajas de algunos alimentos.

 ( James Lestrange)

Esto de las listas tiene la ventaja que entre quince posibilidades más o menos siempre habrá algo que encaje con nuestra conducta. Como es el caso de esta serie de cosas, ridículas la mayoría, que todos hemos hecho más de una vez. Yo, particularmente, todas las de la lista menos la número diez. No creo haber pintado eso nunca.

Sin embargo hay otras más que no están en la lista como la de pisar y hundir los pies en una superficie cubierta de hojas secas como la alfombra natural que aparece en la foto. Esto era algo que me fascinaba hacer aunque últimamente ya no mucho por miedo a resbalarme...

Recuerdo las cosas que le gustaban a Amélie Poulain:  mirar hacia atrás en la oscuridad y ver la cara de los espectadores cuando va al cine, también le gusta descubrir los detalles que nadie más ve, en cambio odia las viejas peliculas cuando el que conduce jamás mira a la carretera. Los hombres de la vida de Amelie nunca han estado a la altura de sus expectativas; sin embargo cultiva el gusto por los pequeños placeres de la vida: hundir la mano en un saco de legumbres, partir el caramelo quemado de la crema catalana con la cucharilla y hacer rebotar las piedras en el canal Saint Martin. 

Y a ti ¿qué cosas te gusta hacer?

Besos.