DEMASIADO LISTOS

Cuando unos padres confiesan que su hijo tiene altas capacidades es muy habitual que en el entorno piensen «¡qué suerte!». Pero esta respuesta inmediata es solo fruto de la ignorancia sobre todo lo que supone esta condición en los niños.

Lo más común es considerar que son estudiantes muy listos, con muchas habilidades, capaces de memorizar y aprender sin dificultad todo lo que se les pone delante. Y, en parte, no les falta razón. Pero no siempre es así. Se trata en muchos casos de niños muy hiperactivos intelectualmente, con un nivel de exigencia muy alto, baja autoestima, con problemas de conducta, poco resistentes a la frustración, poco flexibles, con escasa capacidad de empatía y que pueden cuestionar, sobre todo en la adolescencia, las normas y la autoridad. Hay una sobre exigencia que puede dar lugar a conflictos de convivencia social. No hay que olvidar que son niños y quieren hacer lo mismo que hacen el resto de compañeros de su edad. No quieren sentirse diferentes.

(Laura Peralta)

Es algo bien sabido qe la inteligencia por encima de la media no siempre es sinónimo de triunfo escolar y que esto a veces puede acarrear más problemas que beneficios. Por lo que dice el texto, la exigencia sobre ese alumno es mayor, lo que puede producir una gran frustración si no se alcanzan los objetivos buscados. Para eso en las escuelas e institutos existe lo que que llama la adaptación curricular que pudiera pensarse que es para alumnos por debajo de la media, pero no, lo es también para aquellos que tradicionalmente se han llamado superdotados. El ser así les hace parecer diferentes ante los demás y con la envidia imperante se les puede arrinconar, hacer la vida imposible y sufrir lo que ahora se llama bulling. Se acaban aislando.

Y el problema en realidad son los demás, los que no asumen que son menos inteligentes, y quienes piensan que todos los alumnos son como robots que asimilan las cosas de igual manera. Pero hay que asumir que no somos iguales, que unos son más altos, más ricos, más inteligentes, más trabajadores, más  ... y que no se debe discriminar a nadie y menos por alcanzar la excelencia.

Es como poner una muralla entre ellos y los demás. Y no la de la Macarena, precisamente.

Besos.