De la música se pueden decir cosas muy bellas. Todo aquel que la disfrute de forma extrema, es decir, hasta la lágrima o la euforia contenida, sabe que inunda al cuerpo y a la mente de sensaciones muy difíciles de definir. Se trata de un arte sublime, esto es, que sobrepasa la capacidad de descripción con palabras, gestos o actitudes. De ahí que haya tantas manifestaciones corporales en torno a ella. Y no es cuestión tampoco de ponernos filosóficos para intentar transmitir parte de los efectos que induce la música, pues al final es algo tan abstracto y subjetivo que traspasa la experiencia individual y fenomenológica de cada uno. Pero lo que sí que es cierto es que cada vez la ciencia intenta acercarse más a la raíz de la naturaleza propia de la música, generando debates y resultados empíricos que le otorgan una función evolutiva y social dentro de la antropología.
Como, por ejemplo, el hecho de que nuestra capacidad para componer y disfrutar de la música vaya unida a nuestra habilidad para interpretar emociones humanas. Esto quiere decir que es muy posible que nuestras relaciones sociales favorecidas por la empatía van de la mano de nuestra capacidad para emocionarnos por una secuencia de sonidos ordenada y afinada. "Aquellas personas que son relativamente más empáticas con los demás en la vida cotidiana, también podrían tender a poseer una mayor comprensión de las emociones comunicadas a través de la música"
(E. Zamorano)
La música es uno de los factores más importantes de la vida del ser humano; no en vano apareció hace miles de años, en los inicios de nuestra especie, y ha ido ocupando todos los espacios de nuestro día a día.Es un hecho inegable que la música acompaña nuestras vidas y nos ayuda a expresar nuestros sentimientos y nuestras emociones. Muchas veces se recurre a la música, de cualquier tipo para hacer llegar a los demás un mensaje muy concreto ya sea de amor, de euforia, de tristeza... todo esto hace que se disfrute de la música en cualquiera de sus manifestaciones. La música nos ayuda pues a relacionarnos y de ahí el baile que la acompaña, ya sea en pareja o en grupo y nos hace ser más empáticos, más sociables. Ya lo dijo Víctor Hugo: La música expresa lo que no puede ser dicho y aquello sobre lo que es imposible permanecer en silencio.
La música, dicen, amansa a las fieras y tiene un gran poder de seducción, que se lo diagan al Flautista de Hamelín que se llevó una fila de niños detrás. Lo que está fuera de toda duda es que tiene una gran capacidad de sanar el alma. Acompaño estas reflexiones con una foto de paraguas adornando en un paseo marítimo de Grecia. Me gusta mucho la foto (gracias por el regalo) porque se asemeja a un pentagrama siendo los paraguas las notas musicales. No olvidemos que las gotas de agua que caen sobre ellos es una especie de música de la naturaleza.
Besos.
Buenas noches .
Preciosa la foto...
La música vive con nosotros desde siempre y yo creo no hay nadie que no le guste .
Le puede gustar clasica o moderna ,de un estilo o de otro, actual o antigua ,pero , ¿que seria el mundo sin música ?
A mi particularmente me gusta la de nuestra joventud , musica de los 60-70-80...y fijate que esos cantantes sobre todo , de aquellos tiempos siguen triunfando...Raphael, Serrat,Sabina , Victor Manuel . Duo Dinamico y alguna más que aun llenas estadios y Palacios de Deportes y Auditorios .
Asi que repito, no creo que haya nadie que no le guste .
Por eso ,cada dia ya ves que pongo mi granito de arena con una cancion .De ahora y de siempre.
Repito que la foto es muy bonita .
Bona nit .
Un beso.
Una de las cosas que siempre me han interesado más de la Música como modalidad artística es que no entra en el grupo de artes plásticas, es decir permanentes. La música, como la literatura, es efímera, porque cuando no es interpretada carece de entidad: un cuadro del Museo del Prado está siempre ahí, aunque nadie lo vea, pero cuando una orquesta deja de tocar la música se extingue, como ocurre con la literatura, cuando el libro se cierra o cae el telón del teatro (y no vale que la música esté "enlatada" en un Cd o en un vinilo, porque si el disco no se pone no hay música; como tampoco hay literatura aunque los signos estén impresos en el papel, si nadie lee el libro).
Esta mañana me he puesto como música de fondo la sinfonía nº5 de Gustav Mahler. Mi canario ha reaccionado de inmediato acompañándola con sus trinos. Porque la música tiene esa magia que acondiciona nuestra vida.
Besos.
Joaki-007Hace una hora
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