EL ENIGMA

El gran mago planteó esta cuestión:

–¿Cuál es, de todas las cosas del mundo, la más larga y la más corta, la más rápida y la más lenta, la más divisible y la más extensa, la más abandonada y la más añorada, sin la cual nada se puede hacer, devora todo lo que es pequeño y vivifica todo lo que es grande?

Unos dijeron que la solución del enigma era la fortuna, otros la tierra, otros la luz. Zadig consideró que era el tiempo.

–Nada es más largo, agregó, ya que es la medida de la eternidad; nada es más breve ya que nunca alcanza para dar fin a nuestros proyectos; nada es más lento para el que espera; nada es más rápido para el que goza. Se extiende hasta lo infinito, y hasta lo infinito se subdivide; todos los hombres le descuidan y lamentan su pérdida; nada se hace sin él; hace olvidar todo lo que es indigno de la posteridad, e inmortaliza las grandes cosas.

(Voltaire: Zadig)

El otro día hablamos del tiempo y de la distinta manera que tenemos de percibirlo según la edad y las circunstancias de cada uno y del momento. Y me acordé hoy de este microrrelato de Voltaire en el que se plantea un enigna que debían adivinar un grupo de sabios. Tiene la estructura de este tipo de acertijos y la resolución es muy clara, una vez conocida, cierto es.

El tiempo es largo y corto, lento y rápido, se extiende y se encoge, nada se hace sin él, pero a veces lo perdemos a lo tonto, y como se suele decir el tiempo pone a cada uno en su sitio porque tiene ese matiz de justiciero: A cada reina en su trono, a cada payaso en su circo y a cada fantasma en su castillo.

Este castillo dicen que es la morada de un fantasma, la Dama Blanca. Pero yo conozco muchos que viven entre nosotros y pasan inadvertidos.

Besos.