Es vox populi, los españoles pasamos 32 millones de horas haciendo cola. Eso se traduce en cuatro años de nuestra vida esperando pacientemente en una fila a que nos toque el turno a nosotros. Eso no es todo. Pasamos cinco viendo la televisión, cuatro en el coche, nueve en redes sociales o dos comprando. Es natural, por lo tanto, que busquemos formas de entretenernos mientras hacemos cosas que nos son, en algunas ocasiones, impuestas. ¿Cuándo fue la última vez que pensaste "ojalá hubiera pasado más tiempo esperando el ascensor"?. Nunca, ¿no? Esperar es una molestia.
Y es por eso mismo que alguna persona tuvo una idea fantástica: colocar espejos en los lugares donde tenemos que esperar un rato. La razón detrás de los espejos, la que todos sospechábamos: dar a las personas algo para ocupar su tiempo y hacer la espera más corta. Y funcionó. Quizá lo que realmente tendríamos que hacer es parar un momento, respirar y mirarnos al espejo para ver si estamos bien peinados.
(Ada Nuño)
Cierto, porque todo el tiempo que se pasa esperando algo lo consideramos tiempo perdido aunque ahora los teléfonos móviles amenizan mucho la espera porque se puede aprovechar para consultar el whatsapp, ver las últimas noticias o incluso ver algnas de las fotos más recientes. Y eso incluye los ascensores sobre todo cuando tienes que subir o bajar ocho pisos con un desconocido o con un vecino con el que no te apetece charlar.
Y luego está lo de los espejos. No hay ningíun ascensor que no los tenga. Yo pensaba que era por dar más profundidad a ese pequeño habitáculo que puede ser agobiante para algunas personas pero por lo que se ve hay otra razón, y es para mirarnos a nosotros mismos y comprobar si vamos bien. Problemas: si vas solo, pase, pero si vas acompañado puede resultar pretencioso y además ¿os habéis dado cuenta de la mala cara que se tiene en el ascensor con esa espantosa luz que viene del techo?
En los Castillos, como en el del Buen Amor, no había ese problema, se subía y bajaba a pata y sin espejos donde mirarte...
Besos.
Me acuerdo de la cola de Velázquez, en 1990, que llegó a ser antológica y a atraer más público incluso que la propia exposición. Todo el mundo que se preciase tenía que hacer la dichosa cola (menos yo, que fui la excepción que confirmaba la regla).
Buenas tardes .
Yo "odio" las colas , la verdad. Como bien dices , las considero una pérdida de tiempo tremanda .Como las esperas de los médicos , ambulatorios etc .
Pero como tanto una cosa como otra hay que hacerlas alguna vez de nuestra vida , pues hay que llevarse un libro, un periodico o el movil..todo, creo yo menos estar mirabndo como la gente pasa por tu lado ...
Y los acensores...yo que "los odio , no, lo siguiente" te puedes imaginar la falta que me hace el espejo de marras que , como tambien dices y con razón , todos parecen una caja siniestra con esa luz , siniestra tambien ...
Muy bonita la foto.
Besos . ( y gracias , veremos ...)
Yo ya tengo mis soluciones para eso. Desde luego que es muy pesado hacer colas para hacer cualquier tipo de papeleo, para comprar unas entradas, para entrar a visitar algo, etc.
Sobretodo con el tema del papeleo, cuando estoy en la sala de espera sentada, ahí es muy apropiado el entretenimiento del librito. También está el móvil pero vaya... librito mejor.
Y mira, ya hay gente que se ofrece por un módico precio a sustituirte en las colas xD No te creas que es mala idea éso jaja
Joaki-007Hoy a las 06:32
astur_82Ayer a las 23:46
eliocroca2Ayer a las 22:06
mandarina1981Ayer a las 13:22
angela.69Ayer a las 10:18
