EL INVIERNO Y EL CUERPO

El frío es el responsable de gran parte de los dolores de cabeza que sufrimos en invierno. Cuando la temperatura es muy baja, los vasos sanguíneos de la cabeza se contraen rápidamente para evitar una pérdida de calor corporal. La constricción de los vasos sanguíneos se produce de forma tan rápida que puede provocar dolor de cabeza. Este tipo de jaqueca se denomina "dolor de cabeza por estímulo frío". Es una especie de "congelación cerebral". Cuando se elimina el estímulo frío, los vasos sanguíneos vuelven a su tamaño normal y el dolor tiende a desaparecer. No causa ningún tipo de daño, ni tiene consecuencias para la salud.

El dolor de cabeza por el frío no es el único cambio que experimenta nuestro cuerpo provocado por la meteorología. Se calcula que el 30% de la población sufre distintos "dolores climáticos", siendo el más común el provocado por la presión atmosférica en las articulaciones. También la humedad, el viento y los cambios bruscos de temperatura pueden producir diversos tipos de dolor, hasta dolencias cardiacas. La salud mental también tiene un patrón estacional. Se dan más cuadros depresivos con los cambios climáticos típicos del otoño y el invierno, mientras que los estados maníacos son más frecuentes en primavera y en verano. Por algo hay refranes tan extendidos como "le ha dado una ventolera".

(ACyV)

Siempre que tenemos una dolencia acabamos echándole la culpa al tiempo. Y los refranes se nutren en su mayoría de dichos al respecto. Y es que esto es cierto. La gente con reúma o con dolores articulatorios saben que va a cambiar el tiempo cuando la molestia les avisa. Recuerdo a mi abuela que aseguraba que ella "barruntaba" eso en sus huesos.

Pues lo del dolor de cabeza por frío tiene, por lo visto, una explicación científica  muy clara. Son los vasos sanguíneos que se contraen para evitar una pérdida rápida del calor corporal. Y hay hasta dolencias cardíacas resultado de un cambio brusco de temperatura. Y lo curioso es que cada uno de nosotros experimenta además estados de salud mental dependiendo de las estaciones. Dicen que el otoño produce melancolía y la primavera alegría, pero, ojo, la primera puede llevar a la depresión y la segunda, más bien el verano, a síndromes maníacos. ¡Qué complicados somos!

Frío estos días en Salamanca. Mucho. Aún no ha nevado en la capital y la foto no es de ahora ni mía, es de internet, pero me gustó la Plaza de Toros tras los copos de nieve.

Besos.