EL SABER Y EL NO SABER

Tenemos ‘Solo sé que no sé nada’, por un lado, y ‘No sabemos nada’. Parecen dos frases sólidamente afines: las responsables principales de la semejanza son, claro está, las expresiones ‘no sé nada’ y ‘no sabemos nada’. Añadiré más tarde un par de expresiones relacionadas con las dos anteriores: ‘Yo qué sé!’ y ‘Te lo digo yo’.   Cabe, no obstante, interpretar el ‘no sabemos nada’ de manera directa, esto es, como un reconocimiento de que quien lo dice así no sabe nada, y a la hora de expresarse confunde el ‘yo’ con el ‘nosotros’. Vamos, que se dice ‘No sabemos nada’ cuando se debería decir ‘No sé nada’.

El aforismo ‘Solo sé que no sé nada’, atribuido a Sócrates, se usa frecuentemente como un enunciado manido y con un sentido incierto. En realidad es una manifestación de humildad que no excluye el rico conocimiento del que habla, conocimiento derivado de los muchos interrogantes que se suscitan a medida de que se va progresando en el saber.

Curiosa es la expresión ‘¡Yo qué sé!’, que salpica las conversaciones de muchas personas como un instrumento para evitar una digresión quitando importancia a lo que se dice. Más interesante, por lo que supone desde el punto de vista social, es la expresión “Te lo digo yo”, que se revela como en contraejemplo del “Solo sé que no sé nada” y del “No sabemos nada”. El “Te lo digo yo” es, en una discusión, el argumento final que alguien opone a los argumentos del otro sobre la base de su supuesta autoridad intelectual. Típica construcción de algunos políticos, pues: los que piensan que si fueran más humildes serían perfectos. Y no.

(Emilio Prieto)

Muy interesante y amena la explicación que da el profesor universitario de estas frases hechas que repetimos cada día. Y muy precisa la diferencia entre lo de "no sabemos nada" (no sé nada) y la socrática de "sólo sé que no sé nada" que denota una humildad de la que muchos carecen, ya que solo la diría alguien que en realidad sí que sabe, y mucho. El "Yo qué sé" es una manera de quitarse del medio en una conversación y no quiere expresar exactamente ignorancia de algo. 

La más llamativa es la "Te lo digo yo", que ya es el no va más de confianza en la sabiduría de uno. Falta añadir "y punto". Vamos, el ordeno y mando, se acabó la discusión y no hay más que hablar. Y dedicada a los políticos que según Emilio se creen perfectos. Ay, una buena dosis de humildad no les vendría mal.

Para saber y aprender a saber, este claustro de la Facultad de Filología que ya he puesto muchas veces, ahora cubierta por la nieve. 

Besos.