Los domingos por la tarde se están convirtiendo en el momento más triste de la semana, incluso arrebatando este título al lunes, que históricamente ostentaba el récord del día más temido para el trabajador. Se trata del llamado ‘síndrome del domingo’, no es ninguna enfermedad, sino un conjunto de síntomas muy definidos que llevaron a calificarlo de esta manera.
En este mundo dominado por la necesidad de tenerlo todo antes que nadie, las vísperas roban la identidad del día siguiente y de este modo convierten una jornada de descanso u ocio en un martirio que suele empezar después de comer, avanza a lo largo de la tarde y llega a su punto álgido en los primeras horas de la noche. Por ello, los domingos por la tarde se convierten en momentos de tristeza y apatía. Normalmente estamos acostumbrados a que todos los lunes sean días duros y esta anticipación nos entristece, pero somos animales adaptativos y tiramos para adelante con este día y la semana.
(Fran S. Becerril)
El domingo es, tal vez, el día más esperado y deseado de toda la semana. Es una jornada de relajación, en que casi todo el mundo descansa de sus obligaciones laborales y puede dedicarse en cuerpo y alma a sus familias y actividades de ocio de lo más variadas. Después de toda la semana de esfuerzo, llega el domingo para desestresar nuestras vidas. Así debería ser pero hay quien el domingo por la tarde empieza a inquietarse pensando en todo lo que le espera la semana que empieza en unas horas. Dice un refrán que "domingo de alegría y relajación, lunes de sacrificio bien llevado", y a eso tenemos que aspirar y no agobiarnos antes de tiempo.
El problema que nos acucia es la manía de la anticipación en todo. No disfrutamos del momento porque estamos pensando en el que vendrá después. Cuando estamos en invierno estamos pensando en la primavera y después, ya hartos de los calores del verano, añoramos el otoño. Hay que ver cómo es la condición humana... dando saltos de contentos por la mañana y tristones por la tarde.
Como esta escultura en bronce que está temporalmente en nuestra plaza mayor.
Besos.
Pues sí, es verdad que vivimos demasiado pendientes del futuro, cierto o incierto. Y resulta que el único tiempo realmente nuestro es éste, el presente, pero somos incapaces de apurar cada segundo. Sin embargo, no creo que sea siempre un problema de insatisfacción por lo actual, sino (a veces) una manía de abarcarlo todo; y la condición humana no permite tanto.
Buenas noches .
Muy bonita esta escultura , ya sabes que me encantan todas.
Es lo que pasa sobre todo cuando se trabaja y cuando el trabajo que se realiza no es muy ...digamos gratificante .
Uno se angustia el domingo por la tarde pensando en el lunes y no se disfruta .
Se de que vá el tema .
Todo pasa cuando uno se jubila , te lo digo yo.
Pero vaya , como bien dices , cuando estamos en invierno deseamos que llegue el verano y cuando estamos en verano ,nos angustia que llegue el invierno...un lio vaya .
Y para lio y psicosis , el virus que nos esta ya angustiando a todos .
Esperemso que todo se solucione pronto.
Un beso.
Cuando yo era chico, el domingo duraba casi 24 horas. Los sábados eran laborables y lectivos, así que no existían los fines de semana y solo quedaba el domingo. Si hacía buen tiempo, por la mañana a disfrutar de la ciudad y sus parques. Y por la tarde bien al fútbol o bien al cine de programa doble. Así que llegaba la noche sin haber pensado en el lunes. Puede que la última hora del domingo entrara un poco de melancolía cuando tenías que acabar las tareas y repasar los temas del lunes. Eran otros tiempos....
Saludos y feliz semana.
Somos el animal más inteligente y a la vez el más psicótico.
Ay que disfrutar del presente y aprovecharlo... Carpe díem
Espero estés bien!!!
Pasa buen lunes!!!
Besos y abrazosss!!!
Joaki-007Hace 52 minutos
mandarina1981Hoy a las 10:07
astur_82Hoy a las 00:05
eliocroca2Ayer a las 22:12
larocukyAyer a las 17:49
