EL TENORIO

En el día de Todos los Santos, la burla a la muerte, más presente que nunca a través del importado Halloween acecha a los donjuanes arrepentidos, al estilo de Zorrilla, redimidos y salvados de las llamas del infierno gracias al amor de sus novicias. El primer donjuán, el de Tirso, se abrasa. Ha de ser castigado al ser un clérigo quien lo construye. A partir de ahí, cada cual inventa un donjuán a la medida. 

 Según algunos, el mito se encuentra en horas bajas y ya ni siquiera las representaciones del Tenorio gozan de grandes seguidores. ¿A qué se debe esta desafección hacia ese arquetipo que “enamoró” no solo a toda suerte de señoritas, sino a los propios creadores que, tantas veces, tras concebirlo de uno u otro modo en sus obras, lo emularon en sus vidas? La situación de la mujer ya no es la que era en los tiempos de tantos donjuanes. Tampoco su consideración. En el siglo XXI existen no solo damas redentoras, sino mujeres que conquistan al estilo de donjuán. En realidad, la figura de la mujer fatal, presente en la literatura desde 1867 cuando el escritor francés Georges Darien acuña el término de femme fatale es la replica del Don Juan. Su versión femenina. Frente a ella, el donjuán-que tantas transformaciones ha sufrido a lo largo de los siglos y que ha pasado incluso de ser prototipo de la virilidad a gay atormentado, de acosador de mujeres a acosado- se siente desprotegido, sin armas, cercado. Las mujeres ya no tienen miedo a perder la honra, así que la osadía del don Juan no les preocupa. Quizás lo único que temen del personaje es su aversión al compromiso, idéntica a la de tantos varones de los tiempos modernos.

(Marta Robles)

Como todos sabéis y es conocido, poner a Don Juan Tenorio el día de Todos los Santos es algo que forma parte de mi histórico de actualizaciones. Vamos, uno de mis clásicos. Y a él volveré cada año que me sea posible. En la prensa local de hoy se ha deslizado este artículo de Marta Robles con el que estoy muy de acuerdo porque se ocupa del mito de cómo ha ido cambiando con los años y la visión de los autores y los tiempos. Hoy Joaquín hablaba de progreso  y rutina y yo creo que las rutinas son buenas, como una liturgia que se repite cada año y a lo que no debemos renunciar.

Con todo mi respeto a los que "celebran" la fiesta de los muertos en plan Halloween, que yo llamo irónicamente Jalogüin porque hay quien no sabe pronunciarlo, es una pena que acabemos abrazando tradiciones importadas cuando aquí tenemos ésta que por desgracia, y en eso tiene razón Robles, cada vez está más opacada. De la televisión ya ni hablamos pero en Sevilla se sigue representado en teatro estas semanas y por supuesto en el cementerio de San Fernando, que ofrece un espectáculo sobrecogedor al que tuve ocasión de acudir, de noche y a la luz de una candela que se nos habia dado al entrar. A esto se refiere la foto que pongo, sacada de un periódico.

Me niego a creer que Don Juan haya sido sustituido por "la femme fatal" en un alarde de no machismo que no se contemplaba cuando fue escrito y representado.  Hoy no hay forma de encontrar a un niño que sepa de corrido la oración de las Ánimas Benditas, pero, ¿llegará el día en que ni siquiera sepan a qué obra pertenece aquello de «¿No es cierto ángel de amor que en esta apartada orilla...?».

Ah! ¿No es cierto, ángel de
amor,
que en esta apartada orilla
más pura la luna brilla
y se respira mejor?
Esta aura que vaga, llena
de los sencillos olores
de las campesinas flores
que brota esa orilla amena;
esa agua limpia y serena
que atraviesa sin temor
la barca del pescador
que espera cantando el día,

¿no es cierto, paloma mía,

que están respirando amor?

Besos.