¿FINGIMOS?

Lo confieso. Yo también finjo. Lo hago de vez en cuando, como casi todas las mujeres. Los hombres creen que no, que a ellos no se la cuelan. ¿Verdad? Pero sí. Somos expertas en eso. Es cuestión de supervivencia. Yo también finjo. Unas veces de manera muy sutil, pero en otras queremos que se note. Vale, sí, os estamos engañando, pero que lo sepáis. No nos toméis por tontas. A veces fingimos en silencio. Otras, exageramos un poco más, poniendo caritas y todo. Incluso llegamos a acompañar nuestros gestos de grititos de júbilo o de palabras de gozo.Las mujeres fingimos que nos gusta el fútbol. Y las cenas de Navidad con la familia política. Y las vacaciones con vuestros amigos. Fingimos que nos gusta lo mismo que a vosotros.

Y os hemos preguntado si en realidad era fuera de juego o no en ese partido que nos aburre soberanamente. Y nos hemos sentado al lado de vuestra tía abuela preguntándole con sumo interés por aquella anécdota familiar que tantas veces hemos escuchado, como si fuera la primera vez que la cuenta. Y miramos al horizonte con calma, respirando profundamente, por esa parte de las vacaciones que podrían ser perfectas, mientras a nuestro lado tus amigos y sus mujeres discuten si esa noche mejor al japonés o al bufé del hotel. Fingimos.

(Carmen Chaparro)

Empiezo por decir que, en mi opinión, es dificilísimo fingir. Y fingir todo el tiempo me parece que es un ejercicio de funambulismo que sólo algunos políticos, y no siempre, son capaces de hacer. Pero parece ser que, según dice esta periodista, las mujereres estamos mejor dotadas que los hombres en el arte del fingimiento.  Sin embargo, creo que este texto se merece una segunda lectura para poder captar la ironía con la que está escrito. 

Este fingimiento podría ser más bien un intentar adaptarse al otro en un acto de generosidad que, eso sí es verdad, está más presente en el género femenino que en el masculino. Aun así, insisto en que no todo el mundo, mujeres en este caso, saben o pueden o quieren hacerlo. Unas se negarán en redondo de manera voluntaria y otras, entre las que me incluyo, somos poco artistas en el disimulo no porque no querer hacerlo sino porque se nos nota un tanto que no somos totalmente sinceras. ¿Generosidad, sacrificio o adaptabilidad? Cada cual tendrá una respuesta.

La dama de la foto es una reina que aparece en un tumba de la Catedral de Nantes. Quizá por su condición se haya visto forzada a fingir en más de una ocasión.

Besos.