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Hubo un tiempo en el que no había domingo por la mañana en el que un habilidoso vecino rompiera el silencio del vecindario usando su taladro para colgar cuadros o dando golpes con saña con la intención de repararlo. Por suerte o por desgracia (suponemos que más lo primero) esa escena está en vías de extinción porque la generación Z no distingue un destornillador de una llave inglesa. Los jóvenes de entre 18 y 27 años –edad en la que se encuentra actualmente la generación Z—no se veían capacitados para realizar pequeñas tareas de bricolaje básicas como cambiar la bombilla de una lámpara en el techo o inflar un neumático.
Estos jóvenes estarían dispuestos a pagar a un profesional o a alguien capacitado para que realice estas tareas sencillas, lo cual podría suponer una inversión anual de unos 1.500 euros, aunque un 22% reconoce acudir a los padres cuando surgen este tipo de incidencias para que ellos lo hagan. Casi un 25% asegura que la bombilla está demasiado caliente para cambiarla, mientras que uno de cada cinco jóvenes de la generación Z considera que es demasiado peligroso subirse a una escalera para cambiar la bombilla. Esto significa que los padres dejaron de enseñar a sus hijos, por lo que surgió una generación que prefiere optar por la ayuda profesional. Es inevitable que otras generaciones miren con asombro la ausencia de habilidades de esta generación, que dispone de una fuente infinita de conocimiento a solo un clic de distancia. Sin embargo a esta generación no se le puede acusar de no tener habilidades en algo a lo que todavía no ha tenido acceso.
(Rubén Andrés)
Leo con incredulidad esta noticia que parece estar basada en una encuesta. Hay que reconocer que hay personas más capaces que otras para realizar tareas de bricolaje, pero, vamos, cambiar una bombilla porque está caliente o que les dé miedo subirse a una escalera tiene delito. Porque no se está hablando de personas mayores que quizá se sientan ya inseguras de estas tareas, es que se están refiriendo a los jóvenes de la famosa Generación Z. Si no encuentran quien se lo pueda hacer están dispuestos a pagar a un "manitas" profesional para esto, lo más básico de una casa, ya que no hablamos de trabajos de fontanería o de electicistas.
Me pregunto de quién es la culpa de que exista esta generación tan miedica y de inútiles. Evidentemente por un lado los padres, y por otro, el que no puedan acceder a una vivienda independiente hasta bastante mayores. Mientras estén con sus padres, tienen quien se ocupe de todo. Quizá es la conclusión final: no tienen habilidades en algo a lo que todavía no han tenido acceso.
Podríamos preguntarle a estos estudiantes que se pasean por el claustro del edificio histórico de la Universidad. La foto es de un periódico local.
Besos.
Bona nit .
Pues me encanta la foto , aunque sea de un periodico local.
Y si , desde luego y en general , los jóvenes no están para "esas cosas" .Prefieren que lo hagan los padres o un profesional .
Vaya , no hablo por mi ya que nuestros hijos mas o menos estas tareas las hacen sin problemas y no digamos el yerno que es un verdadero manitas .Lo sabe hacer todo y además de verdad .
Se nos atascó una vez la fregadera y no habia forma de que el agua siguiera su curso por muchas cosas que haciamos y al final , la verdad te digo , yo no me sentia con animo de agacharme y sacar el tubo .Se lo digimos a el y bueno , vino y no veas , en un plis plas ,desatascó todo y sacó un tapon de cal impresionante.
Aqui en el agua hay mucha cal y es terrible .
Pues eso, que los jovenes , quitando algunos , no les digas ni cambiar una bombilla .
¿No comprendes que se pueden quemar?
Buenas noches .
Un beso.
Desde luego, tiene delito, pero no estoy seguro de que sea sólo supuesta inhabilidad. ¿No habrá algo (o bastante) de comodidad mal entendida?
Buenas tardes mi querida amiga, totalmente de acuerdo con Eliocroca2 un abrazo.
Pues yo también lo leo con incredulidad. Por muy torpes que sean no van a llamar a un electricista para cambiar una bombilla. Y si realmente tienen esos problemas con las pequeñas reparaciones, pues quizás habria que pensar en incluir prácticas de bricolage en la enseñanza.
Besos.
Bueno, yo no pertenezco a esa generación, y cambiar una bombilla sí, e inflar la rueda del coche sí porque ya he ido varias veces con mi padre y creo que ya lo hago sola. Cambiarla es otro cantar. A eso tendría que darle un repasito.
Lo de que no cambien una bombilla me ha dejado ojiplática.
corremundosAyer a las 23:05
eliocroca2Ayer a las 22:15
Joaki-007Ayer a las 19:04
angela.69Ayer a las 08:41
larocuky09/02/2025