A las cosas, nuestras cosas,
les gustan que las quieran;
a mi mesa le gusta que yo apoye los codos,
a la silla le gusta que me siente en la silla,
a la puerta le gusta que la abra y la cierre
como al vino le gusta que lo compre y lo beba,
mi lápiz se deshace si lo cojo y escribo,
mi armario se estremece si lo abro y me asomo,
las sábanas son sábanas cuando me echo sobre ellas
y la cama se queja cuando yo me levanto.
¿Qué será de las cosas cuando el hombre se acabe?
Como perros las cosas no existen sin el amo.
Gloria Fuertes: ¿Qué será de las cosas?
La relación de una persona con sus cosas es algo especial. Personal e intransferible. Compramos cosas generalmente hechas en serie en tiendas, almacenes o incluso las podemos mandar hacer a capricho. Pero no serán enteramente nuestras hasta que las hagamos realmente a nosotros. Como dice Gloria, cuando se las quiera y noten nuestros cuidados como si tuvieran algo de seres vivos. Poseen las reacciones y casi los sentimientos como nosotros. Y a veces nos sentimos tan atados a ellas que cuesta mucho desprenderse de ellas. Eso me ocurre a mí. Arreglar el armario de la ropa y tirar lo que ya no uso para dejar espacio a lo nuevo me cuesta un auténtico dolor. Y no digo nada cuando hemos comprado un coche nuevo ... no me hizo la ilusión que debería hacerme por pensar en el "viejo" que iba camino del desguace...
Sólo es una máquina, me decían. Sí, pero había sido testigo de muchos momentos, buenos o menos buenos. La respuesta a la pregunta del poema puede ser que las cosas, algunas, nos sobrevivirán, pero "nos echarán de menos".
¿Qué sería de la jarra de agua sin la dama de la fuente?
Besos.
Pues dado que la dama en cuestión debe ser una personificación de la Templanza como virtud cardinal, y con estas olas de calor que nos "acarician" últimamente, la temperatura subirá unos graditos.
Amiga @maravillas10
Espero que tengas un lindo día y un mejor fin de semana!!! besitos
Buenas tardes-Bona tarda.
Totalmente de acuerdo...las "cosas" al final ,són tan de uno que cuesta mucho desprenderse de ellas. Al menos a mi tambien me pasa .
Lo del coche es un ejemplo autentico...que pena dejar el "viejo", el que ya casi no funciona , el que nos ha dejado "tirado" alguna vez...oh..pero es como si fuera de la familia y lo vamos a "tirar"...y uno , siente pena , que quieres que te diga ...
No todos somos iguales , claro , hay quien dice , lo que tu dices que te dicen ..."sólo es una máquina"... y es que muchas veces somos unos incomprendidos.
Gloria Fuentes que maravilla.
Y sigo diciendo que estas fotos son ...una maravilla.
Un beso, maravillas...
A mí también me cuesta desprenderme de según qué cosas. Porque sí, porque son mías y me han acompañado mucho tiempo.
Los dos dolores de mi vida en ese sentido han sido, una radio que no era ni mía, si no de mi hermano, pero la usaba yo más que él porque como se fue a estudiar fuera... era una de estas de doble pletina y con CD. Pero era una radio radio, de esas que tenían su asa y te la podías llevar por ahí. Mi madre me decía que parecía una grifota cargando con eso para la piscina jaja Ya no ha habido una radio como esa nunca. Le tenía un cariño horroroso.
Y ya ni te hablo de la depresión que me cogí el año pasado cuando llamé a una grúa para que se llevara mi coche al desguace. Mi Megàne. Pobrecillo mío. Además, que era mi primer coche, y pagado por mí, en fin... reventaíllo el pobre, PERO MÍO. Además, ese modelo de coche en su época me encantaba, bueno, y me sigue encantando.
Otra cosa son mis bikinis. De hecho no los tiro, cuando ya los voy descartango los guardo en una bolsa. Y otras cosillas que también colecciono. Pero en fin, quizás esa es la más curiosa.
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