LAS VÍRGENES

Y es que, vayamos donde vayamos, de pueblo en pueblo o de pedanía en pedanía, siempre vamos a encontrar una Virgen. Una Virgen que no es única, sino que se adapta a la idiosincrasia de cada territorio por muy grande o pequeño que sea.

Podríamos decir de nuestro país y, en general en toda la hispanosfera, que una ardilla podría cruzar una a una todas las ciudades y pueblos de Virgen en Virgen sin tocar el suelo. Italia, la nación del mundo más marcada por la cristiandad al albergar en ella su núcleo, tiene sus madonnas, pero seguramente no tantas como España. La madre de Cristo, pese a no figurar en la Santísima Trinidad, tiene el cielo ganado para nosotros. Su expresión en la mayoría de las representaciones eclesiásticas, siempre receptiva, con los brazos abiertos y la mirada cándida, aglutina todos los valores de eso que bien se tiene a llamar "pueblo", y que conforma todas las identidades nacionales: los catalanes tienen a su Monsterrat, la inspiración de la Reconquista se la debemos a la de Covadonga (La Santiña asturiana), los mexicanos veneran a su Guadalupe y los onubenses a la del Rocío a la que engalanan con los mejores ropajes un grupo reducido de personas antes de sacarla de procesión desde tiempos inmemoriales. La Virgen, sin embargo, siempre está ahí para escuchar, para abrazarnos y recoger nuestro cuerpo herido por los reveses del destino, y ello no le resta poder, sino más bien al contrario. En el contexto del monoteísmo judeo-cristiano, una versión vernácula de una madre Virgen María deificada, presenta para el pueblo evidentes facilidades de comunicación y acceso. 

(E. Zamorano)

No hay ninguna duda de que España es un país con una gran devoción mariana y como dice el texto anterior en cada zona se venera una advocación diferente a la que se tiene una especial devoción. No es momento ni lugar para explicar la importancia que tiene la figura de la Virgen  en el catolicismo y su papel de mediadora entre Dios y los hombres. Pero no deja de ser curioso los distintos tipos de representaciones de ella que se encuentran en el devocionario de nuestro país. Entre las diferentes advocaciones se pueden encontrar Vírgenes de la Asunción, Inmaculadas, Auxiliadoras, de Gloria, Milagrosas  y sobre todo las Dolorosas que son quizá las más populares y a las que se les rinde más pleitesía al salir en procesión durante la Semana Santa.

Dentro de este tipo último , las murcianas y las andaluzas son las más conocidas. Y concretamente las sevillanas, para mí, son las más atrayentes. Ya sé que quizá esté trivilalizando el tema, pero si se pregunta a cualquier sevillano enseguida dirá cuál la Virgen a la que tiene más devoción, quizá dirán que la de su barrio. Yo no soy sevillana pero, por difrenetes razones MI VIRGEN es la de la Estrella de Triana, como ya he puesto por aquí más de una vez.

Besos.