LLENARSE DE CANAS

Cuenta una historia apócrifa que, tan solo dos días después de ser presentada ante el Tribunal Revolucionario, en París, el cabello de María Antonieta sufrió un repentino cambio. La reina depuesta, víctima de los ardores revolucionarios, se presentó cansada y fatigada ante la guillotina. Su cabello, que antes blanqueaba con harina, había quedado lleno de canas en solo una noche.

Este prematuro blanqueamiento del pelo, que se conoce como síndrome de María Antonieta, se suele achacar al estrés y es fácil de reconocer en las fotografías de los presidentes de gobierno antes y después de asumir el poder. Sin embargo, no fue hasta este miércoles cuando los científicos han podido confirmar que, en efecto, el estrés blanquea el pelo.

Sea como sea, tener el pelo gris no es un problema. Entre los gorilas de montaña las canas son la marca distintiva de los líderes, los «espalda plateada». Para las personas, las canas parecen ser una señal de experiencia y liderazgo. Lo peligroso y lo que se debe evitar es la guillotina del estrés.

(Gonzalo López)

No creo yo que haga falta que a estas alturas vengan los científicos a decirnos que las canas salen del stress. Es un hecho más que probado y a muchos de nosotros nos ha pasado. Recuerdo que cuando murió mi padre me llené la cabeza de canas prematuras y hasta ahora. La ventaja es que para eso están los tintes que reproducen exactamente el tono original.

Pero es verdad que donde más se nota es en los políticos. Llegan al poder tan campantes y en un par de años tienen el pelo blanco. Nuestros presidentes son un claro ejemplo y sobre todo pienso en el caso de Obama porque al ser más moreno de piel se le notó muchísimo el cambio. El poder tendrá su erótica, como dicen, para los que están ejerciéndolo y mucho tiene que gustar, muy ambiciosos tienen que ser para que les compensen los sinsabores que todos acaban teniendo. No hay más que mirarles las cabezas al final de la primera legislatura, a no ser que se tiñan ellos también como es el caso de un expresidente nuestro que milagrosamente sigue con el pelo negrito.

Pobre María Antonieta, no me extraña sabiendo la que le esperaba dos días después... Blanco nuclear, como las flores de la foto.

Besos.