Muy apreciada en fotografía, la luz que nos manda el sol en esta época del año tiene algo especial. A lo largo del año, la distancia entre la Tierra y el sol cambia. A diferencia de lo que suele pensar la mayoría, es a principios de enero cuando estamos más cerca. El punto más cercano de esta distancia se denomina perihelio, y en el que estamos más alejados, afelio. Recordamos que no es la distancia entre ambos la que determina si hace más o menos calor, sino la inclinación de los rayos que nos llegan.
No solo cambia la distancia entre nosotros y el sol. Nuestro planeta tiene el eje de rotación inclinado, y como la órbita que dibujamos a lo largo del año es elíptica, la posición del sol en el cielo va cambiando conforme avanzan los meses. A finales de diciembre se queda bastante pegado al horizonte. En verano, se eleva muchísimo.
Dependiendo de las condiciones meteorológicas, puede que la niebla, la contaminación o cualquier material en suspensión en el aire actúe a modo de filtro y nos permita ver a la perfección el disco solar. Pero cuando los días son totalmente limpios y despejados, todo cambia.
(Marc Redondo)
No hay nada que se agardezca más que los rayos de sol con un cielo azul, limpio, en invierno. Sirven para recargar la batería que, con el frio, la lluvia y los cielos grises se queda bajo mínimos. Da alegría, contagia optimismo y, aunque no lo creamos, el sol de enero quema. Que se lo digan a mi frente y mis manos este par de días en Sevilla.
“La mayoría de las personas creen que el sol de invierno no hace daño y, sin embargo, las actividades cotidianas realizadas al aire libre tienen mayor riesgo en esta época, porque no utilizamos protección”, señala una doctora, experta en cirugía y medicina estética.
Pero todo se da por bien empleado, porque esa luz, ese "color especial" ese algo único, todo ello hace que sea, como dice la canción, "el lugar donde quiero volver".
Fijáos si no en esta estampa que la tengo requetefotografiada y puesta por aquí en infinidad de ocasiones, pero no importa, de la Plaza del Altozano, el recibidor de Triana.
Besos.
Buenas noches .
Oh oh ...esta imagen que recuerdos me traen...ya sabes que nos alojamos donde vais vosotros tambien ..y que está cerca de donde vive el trianero, pero cuando fuimos nosotros no lo conociamos aun mucho y no lo sabiamos .
El sol de invierno es una maravilla pues uno lo agradece muchísimo.Y bien cierto és que hay que tener cuidado con él...pero dá tanto gustito ponerse al sol en esta epoca....
La foto me encanta .
Bueno pues mañana otra vez al parque-jardin-parkin...ya falta menos ...la verdad es que se hace cansado cada dia ...pero bueno, es lo que toca .
Me alegro que os lo hayais pasado bien.
Besos.
A quienes nos gusta la fotografía, apreciamos mucho el aire limpio de un día de sol invernal. En verano es más agradable fotografiar, desde luego, pero muchas veces el cielo aparece neblinoso, blancuzco, sin los contrastes nítidos que proporciona el invierno.
Espero lo pasaráis bien y la presentación del libro fuera estupendamente, ya me contarás.
Besos y abrazoss!!
¿Vinistéis a la presentación del libro? Yo no pude ir. El domingo tenía el cumple de una amiga en la Alameda, que hice un inciso en mi recuperación del resfriado (que aún sigo liada) y estuvimos allí al solecito del invierno tomándonos unas tapitas. Pero claro, no quise salir tantos días... Luego de nuevo encerradita, y reservándome al menos los días de diario... ya veremos este fin de semana.
Así que ya has visto tú el FNAC nuevo antes que yo jaja
Y sí que es agradable el solecito. Y sí que da bien. Mi amiga, la del cumpleaños, se sentó justo de cara al sol, y cuando pasó un buen rato, se le puso la cara bien coloradita xD
Pero vaya, es muy reconfortante ese sol. Igualito que el de verano, que te achicharra y pica que no veas...
A ver si en una de estas visitas (que no sea tan rauda y veloz) nos vemos para una cervecita rápida aunque sea xD
mandarina1981Hace 28 minutos
Joaki-007Hoy a las 11:04
angela.69Hoy a las 10:18
NaiaraDelkoAyer a las 23:31
astur_82Ayer a las 23:22
