MEMORIA PRODIGIOSA

«No puedo pasar página», se lamenta Jill Price. Ella no puede olvidar. Su primer recuerdo nítido se remonta a los dos años, en la cuna, cuando se sobresaltó por los ladridos del perro de su tío. Desde los ocho retiene cada momento de su vida. Su memoria prodigiosa no le deja descansar. «Imparable, incontrolable y automática», describieron asombrados los expertos que estudiaron su caso por primera vez. «Muchos lo llaman don, yo tormento», sentencia.

Ella no goza de la paz que da el  olvido. Con 51 años Jill vive angustiada por las reminiscencias. No cesa de recriminarse las malas decisiones, por insustanciales que fueran. En su cabeza, todos los recuerdos tienen la misma prioridad. Los ordena por fechas. Recuerda desde las rutinarias comidas hasta pasajes cruciales, como un primer beso, pasando por el clima a lo largo de la jornada. Tantos datos en su cabeza la sumieron en una depresión durante años.

«Olvidar es crucial para recordar. Hay que borrar recuerdos para dejar paso a otros».

(A. Valenzuela)

Cuántas veces nos quejamos al no recordar un hecho, un dato, algo importante de nuestro pasado que queremos reconstruir. Se nos llevan los demonios cuando no somos capaces de hacerlo y nos preocupa mucho esta incidencia. Pero no sé yo si no es peor lo que que le pasa a esta mujer que lo recuerda absolutamente todo y que, ni queriendo, puede olvidar detalles pasados que a veces fueron negativos y dolorosos.

De todas formas los recuerdos  se van relativizando con el tiempo y es evidente que hechos cruciales los vamos a tener siempre presentes, y es en los pequeños acontecimientos donde podemos estar perdidos. Pero estoy convencida de que si estos momentos marcaron algo en nuestra vida, los tendremos siempre presentes.

Habrá que hacer caso a la frase última, que compara la memoria humana con la de un ordenador o de un teléfono móvil. Hay que ir borrando para dejar espacio a lo que está por venir...

Antonio Machado recordó siempre este lugar de la foto cuando confesó que su infancia eran recuerdos de un patio de Sevilla, de un huerto claro donde madura el limonero...

Besos.