¿NACIMIENTOS INFANTILES?

El Papa Sixto III en el siglo V d.C. ya celebraba la Navidad con algunas representaciones del Nacimiento de Cristo realizados en una gruta semejante a la de Belén que él mismo había mandado construir en una Iglesia. Sin embargo, se considera a San Francisco de Asís  como el creador de los Nacimientos. En 1223 quiso celebrar una “Noche Buena” en la que se reviviera el recuerdo de Jesús nacido en Belén. Para que todos pudieran comprender mejor las condiciones en las que sucedió, puso un Nacimiento en el bosque con personas y animales vivos. Esta actividad gustó mucho a las personas que asistieron y se empezó a popularizar. Con el paso del tiempo, la falta de espacio obligó a sustituir a las personas y animales con figuras de madera o de barro. Esta tradición fue acogida con gran cariño y se ha extendido por todo el mundo desde el siglo XVI.

Poner un nacimiento en casa, en el que podemos contemplar la imagen de Belén, el pesebre, los pastores, los magos, José y María, puede ser una actividad que fomenta la unión familiar. Y al mismo tiempo, convertirse en una imagen que nos ayude a meditar en el misterio de la Navidad y en las virtudes de cada uno de los personajes. A través de los sentidos se eleva nuestro espíritu ante este gran acontecimiento.

(Tere Vallés)

El hecho de poner el Nacimiento además de ser una tradición familiar es algo que sobrepasa las motivaciones religiosas, es algo más porque aúna creatividad, sentido artístico y por qué no, imaginación.

Los hay de todo tipo y tamaño, y de cualquier poder adquisitivo: de barro, de escayola, de plástico, de resina, de mármol, de madera, de cerámica e incluso de materiales nobles como el jade. Cualquiera vale, desde el de tela encolada hasta de papel o cartulina, o de fieltro. Los hay para coleccionistas y los hay para niños, como puede ser el que tenemos nosotros en una vitrina, con estas figuritas infantiles que tocan además muchos otros temas: se pueden encontrar de profesiones, de trajes típicos, de nacionalidades y de todo tipo. Pero en mi opinión no son solamente para niños por sus rasgos naïf. Son una obra de arte en pequeñito, con todos los detalles.

En la primera foto tenéis el misterio propiamente dicho y en la segunda la huída a Egipto. Cuando sea la llegada de los Reyes Magos ya os los enseñaré. Espero que os gusten.

Besos.