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El cuenco delator de las natillas, vacío, devorado e indefenso, yacía sobre la mesa del salón. El peso de la cuchara lo dejaba en un equilibro débil, como esforzado. Dentro, se dibujaban los inevitables surcos finos de la trazada, como un remolino glotón. Mi hija Luna, con 5 años, estaba sentada en el sillón, con las comisuras ennegrecidas y un churrete largo de chocolate bajo el labio, casi como una flecha de culpabilidad. Ajá.
-Yo no he sido. Papá, te lo prometo, mira, ni siquiera las he roto.
Analicemos pormenorizadamente el ataque de orgullo que experimenté. Mentir no tiene mérito, pero ese aplomo es puro talento. Levantó la esquina interior de las cejas, despachando el asunto con la mayor normalidad, me planteó la ausencia de un mal mayor como alivio del daño menor, invirtió el peso de la prueba, cambió el tablero de juego y convirtió la desobediencia, incluso, en cierta diligencia. Puede que confesarlo me convierta en algún tipo de padre mezquino, pero la quise mucho en ese momento. No por ternura, que también, sino por el refinamiento de su inconsciente maquiavelismo.
(Javi Gómez)
Esta niña promete. Va para política. Tiene las evidencias tan claras, los churretes en los labios y aún así, lo sigue negando todo. Le faltó decir, no es lo que parece, déjame que te lo explique. Me llama la atención el aplomo de una niña tan pequeña, y también el orgullo del padre al comprender lo que la cría había sido capaz de soteenr con todas las pruebas en contra. Y encima responde airada. Por un lado demuestra inteligencia y recursos más que suficientes para salir de una situación comprometida, pero a los niños creo que hay que explicarles que mejor no tener que justificar lo que está mal hecho.
Decía Assimov que negar un hecho es lo más fácil del mundo, mucha gente lo hace, pero el hecho sigue siendo el hecho. Por más que se pase a la ofensiva, atacando al otro para salvar el pellejo, las evidencias están ahí.
La farola sigue siendo una farola aunque esté recubierta de hiedra. En este caso es lo que parece.
Besos.
Bueno, también las casas "ocupadas" lo son contra la ética, la ley y la justicia, aunque a veces no lo parezca. Respecto a la niña, "se va a perder", como dicen en nuestra querida Andalucía.
Buenas noches .
Pues si promete ,si. Son esas personas , o mejor dicho, esos niños-jovenes , que de mayores "son algo importante " en la vida .
Salir de una situación comprometida no todo el mundo sabe .Una pequeña mentira o una palabra "de sobra" nos puede hacer una mala pasada.
Negar algo evidente, por otro lado, puede acarrerar consercuencias.Si es tan evidente y uno lo niega , la otra parte no se vá a quedar tan frresca ...
Esa foto no tiene desperdicio.es fantastica .
El Barça, pues ya vés. La suerte muchas veces acompaña y desde luego , cuando quedan 45 minutos para jugar , para terminar el partido, todo puede pasar.
Besos y gracias por todo.
Hay gente que desde luego tiene una habilidad increible para salir airosa de situaciones comprometidas. Han hecho algo mal y aún así, salen impunes del mal que han hecho. Y aunque el resto de las personas nos demos cuenta que por mucho que lo niegue ciertamente lo ha hecho... no sé cómo lo hacen, pero eso, salen airosos de toda culpabilidad.
Y es muy acertado que nombres a los políticos con un ejemplo tan simple e inocente como el de la niña, porque así es el sentir popular de hoy en día, que nuestros políticos nada más que hacen robar y hacer cosas que no son correctas, y aún así, siguen ahí tan campantes. Cosa incomprensible para nuestras mentes de ciudadanos de a pie.
De todos modos, aunque la niña no haya hecho algo demasiado grave, yo soy partidaria de que hay que hacerle ver que lo que ha hecho no está bien, y que tampoco está bien el negar que haya hecho algo malo. Las personas tenemos que ser consecuentes con las cosas que hemos hecho, ya sea para bien o para mal.
Hoy a las 01:05
eliocroca2Ayer a las 22:06
Joaki-007Ayer a las 18:27
angela.69Ayer a las 11:16
728plus08/09/2024