NEVAR EN PRIMAVERA

Asómate a la ventana: llueven rosas,
mariposas quizás revolotean, construidas
en las aéreas estancias de lo Alto;
nacidas allá arriba, donde nuestros deseos
y esperanzas, al subir, sucumben.
¿Te acuerdas de la Vía Láctea en el verano,
que deja pasar la luz de la puerta del palacio
de los dioses, como si estuviera mal cerrada?
Por allí ha debido de bajar esta hermosura,
porque quizás los dioses celebran una fiesta
y envían tal regalo nupcial hacia la tierra.

(Jiménez Lozano)

Leyendo este hermoso poema de Jiménez Lozano, se pudiera pensar que la nieve en primavera se refiere a una metáfora. A esas hermosas flores de árboles florecidos que caen sobre el suelo de campos y ciudades dejando la escena tan preciosa que uno se puede imaginar. Es como la historia de ese rey moro que para que su amada no echara de menos las nieves del invierno plantó árboles que forecieron y desde arriba daba la sensación de estar todo el paisaje cubierto de nieve.

En los versos se nos habla de rosas que llueven, de la vía lactea que deja escapar las estrellas en un original regalo nupcial.

Pues no. No se trata de una metáfora en la foto, sino de algo más real y prosaico. Se trata de la nevada con la que hemos amanecido a estas alturas, ya casi en primavera, faltan tres días. Bonita pero ya cansa. El invierno no se resiste a marcharse y entre frío, viento, chaparrones que desbordan los ríos y el colofón de la nieve ya estamos un tanto hartitos por estos pagos.

En fin, paciencia, ya vendrá el buen tiempo.

Besos.