NO ES ESO, NO ES ESO...

Un establecimiento enclavado en Sevilla capital ha incorporado un brazo robótico  para servir cervezas en el local, consiguiendo así un servicio automático que resuelve directamente el ámbito «higiénico» de la actividad hostelera en plena pandemia de coronavirus Covid-19.

El responsable de dicho local ha explicado que ya antes de la gran crisis desencadenada por la pandemia, tenía en mente la «idea» de instalar un mecanismo de este tipo porque en los diez locales hispalenses de la cadena se dispensa «mucha cerveza» y a veces, en Semana Santa o los fines de semana, la demanda de dicha bebida deriva en «colas muy largas» ante la barra. Por eso, la instalación de un brazo robótico era vista como «una ayuda» a la plantilla, al incorporar un método de «autoservicio». Y es que según ha detallado, el brazo mecánico sirve vasos de plástico «de usar y tirar» y con él, el contacto de los clientes con la plantilla «se reduce al mínimo», pues el consumidor solicita su bebida mediante «una pantalla táctil», abona la misma mediante dicho mecanismo y el brazo robótico se encarga de servirla. Todo ello, con «tecnología made in Sevilla».

(Raúl Doblado)

Se suele decir que a grandes males, grandes remedios. En este caso se ha optado por la robótica para suplir al camarero que tira las cervezas en la barra de un bar del centro sevillano. Es una iniciativa que puede ser utilizada no sólo en estos momentos para evitar el contacto humano todo lo posible sino que, como dice el dueño del bar, puede ser aprovechada en momentos de agobio de mucha clientela.

Pues que queréis que os diga. Como he dicho en el título, copiando una frase de Ortega y Gasset, no es eso, no es eso. Donde esté una cerveza fresquita bien tirada por un experto camarero usando una técnica que no todo el mundo sabe, en una copa, vaso o jarra de cristal, que se quite el brazo robótico y el vaso de plástico. Es una manera de devaluarlo. Para eso prefiero tomarme la cerveza en casa, aunque no sea de barril pero en copa o jarra y esperar a que lleguen tiempos mejores. 

Ahora todo es virtual. Hoy me han invitado a participar en una jornada de puertas abiertas para futuros universitarios y es tal el contrasentido que ni siquiera he contestado. Lo que no se puede hacer y no es imprescinble es mejor dejarlo para mejor ocasión.

Aún me acuerdo de esta cerveza belga en Bruselas, rica y fresquita en una terraza con mesa y sillas de madera, al lado del Manneken Pis.

Besos.