Era costumbre protocolaria de la Casa Real que se le diera tratamiento de ‘Primo del Rey’ a los Grandes de España y demás miembros de la nobleza. Basándose en este hecho, encontramos el origen a la expresión ‘hacer el primo’, con la connotación peyorativa del incauto que ha sido engañado o se le ha tomado el pelo, tras los sucesos del 2 de mayo de 1808 en el que el general francés Joaquín Murat escribió al Infante don Antonio Pascual de Borbón, quien presidía en aquellos momentos la Junta Suprema de Gobierno (por designación de Fernando VII).
En dicha carta, el general Murat se dirigió al infante con el correspondiente “Señor Primo” y a continuación lo presionó para que tomara una serie de medidas impopulares, cediendo a éstas y causando un gran descontento por parte de la población.
Esta forma de ceder a los deseos del francés hizo quedar al Infante don Antonio como un incauto, popularizándose la expresión ‘hacer el primo’ para referirse a alguien al que se le ha engañado y manipulado a voluntad.
(Alfred López)
Hacer el primo, ser un primo ... son expresiones desde luego nada elogiosas para alguien. Automáticamente a quien se le dice, se le cuelga el cartel de tonto útil, alguien de quien es fácil aprovecharse. Y esto que leemos es el origen de la expresión, el primo del rey, engañado y manipulado. Lo de los parentescos se puede aplicar en muchas ocasiones, estoy pensando en el "cuñadismo"...
Desde luego no puede afirmarse eso de la figura legendaria del Cid Campeador, un héroe valeroso, leal y patriota, por encima del Rey, "qué buen vasallo si tuviera un buen señor", como se dice en el Poema del Mío Cid. Aquí lo vemos en la escultura que se encuentra en Burgos, obra de Juan Cristóbal.
"En el centro de la ciudad de Burgos, podemos encontrar una gran estatua de bronce de un guerrero montado a caballo que con su espada apunta al horizonte, desafiante, mostrando su coraje y su voluntad de llegar al final. Es la estatua del Cid Campeador, Rodrigo Díaz de Vivar, un noble que en la Edad Media se atrevió a dudar de su rey y fue desterrado al exilio. Su mítica historia es conocida en toda España y ha sido llevada al cine. Por eso el Cid se ha convertido para muchos burgaleses en un icono de victoria, éxito y valentía. De él se dice que fue incluso capaz de ganar una batalla en Valencia cuando ya había muerto, gracias a que sus enemigos se retiraron al verle montado a caballo".
O sea, que de primo, nada de nada...
Besos.