NUEVAS EMOCIONES

El confinamiento propiciado por el Covid-19 nos ha removido por dentro. Hay quienes han experimentado ansiedad por primera vez, quienes han tenido que enfrentarse de manera poco habitual a un siempre difícil duelo, y quienes, aunque ya vivamos en la llamada «nueva normalidad» todavía no saben muy bien cómo gestionar todo lo que sienten, lo que han vivido.

El espectro de emociones que podemos sentir estos días es amplísimo, y ahora, más que nunca, es muy importante entender qué sentimos, y por qué, para poder ponerle remedio si vemos que nos lastra y entorpece nuestra vida. El miedo al contagio, la imposibilidad de gestionar la ansiedad o la tristeza.  Otra de las sensaciones que se han experimentado con más frecuencia es la ansiedad. Incluso personas que nunca antes la habían sufrido, durante este confinamiento se han enfrentado a ella.  «Muchas veces nos encontramos con gente que, cuando ha sentido una emoción tan potente, lo que quiere es no volver a sentirla, pero las emociones tienen una función y son necesarias». Para no caer en esta peligrosa evitación, es necesario realizar un «análisis funcional» de lo que nos ocurre. De esta manera, podremos poner en perspectiva el problema, y tener herramientas para solventarlo.

(M. Alcaraz)

Ya hemos comentado por aquí a lo largo de estos meses de confinamiento que esta situación tan particular nos iba a dejar secuelas a todos. Los que no hemos enfermado tenemos sensaciones nuevas que nos han cambiado la vida. En mi caso, más que ansiedad y miedo al contagio es la incertidumbre que nos invade. El no saber si podremos salir con normalidad, llevar una vida como la de antes. Si las condiciones del trabajo serán  de una manera o de otra tras el verano. El estar todo el día preparando un plan B por si acaso es algo que a mí por lo menos me descolca mucho. Pero si de algo ha servido el drama es para aceptar mejor lo que venga y estar preparados para todo. No queda otra.

Las emociones están ahí y, como dicen los psicólogos, no hay que intentar evitarlas sino solventarlas. No se trata de no tener miedo, sino de saber controlarlo. Habrá que estar alerta y si las flores no son blancas, siempre las habrá de otro color.

Besos.