NUEVAS PALABRAS PARA ENTENDER LA ECONOMÍA

El incremento de los precios ha vuelto a poner de actualidad fenómenos económicos hasta ahora adormecidos o directamente olvidados. Estanflación o reduflación son algunos de esos términos que forman parte del diccionario de la inflación que ahora se ha puesto de moda.

El fantasma de la estanflación es quizá el que más quita el sueño en estos momentos a muchos al tratarse de uno de los problemas económicos más complicados de manejar y resolver. Su definición es más o menos sencilla: una subida generalizada de precios sin crecimiento económico. Su solución no lo es tanto porque implica tomar medidas que pueden agravarla. Se trata, pues, de un círculo vicioso de difícil solución.

A la espera de ver si se confirma ese enfriamiento de los precios, lo que sí están haciendo algunas compañías es tomar medidas para afrontar su escalada. En el sector de la distribución alimentaria, la OCU asegura que los supermercados están recurriendo la reduflación . En su último estudio de mercado, la organización detectó productos que, aparentemente, no suben de precio pero que en realidad sí lo hacen porque lo que se hace es cobrar lo mismo por menos cantidad de producto. Se trata, no obstante, de una práctica legal ya que el fabricante o distribuidor refleja en el paquete el cambio de cantidad. Lo recomendable para detectarlo es que los consumidores se fijen en el precio por kilo, gramo o litro, que es la cifra pequeña que sale cuando vemos en el lineal el precio del producto.

(Roberto Vargas)

Ayer hablábamos de palabras que van tomando sentido en nuestras vidas a medida que vamos cumpliendo años, palabras que tienen que ver con la calma, el sosiego y la ternura. Pues nada que ver con las dos palabrejas que tienen que ver con la economía y que, quieras o no, estamos escuchando y leyendo a diario. No sé si conocíamos las palabras pero sí los hechos.

La primera se asocia a la subida de los precios  sin crecimiento económico y la segunda es fácil de entender porque lo sufrimos a diario. Se nota en las bolsas de patatas fritas que llevan más parte de aire que de producto, en los botes de detergentes, en todo. No suben de precio pero nos dan menos cantidad. DEsde luego hay que ver cómo se está poniendo el panorama y cada vez hay más familias que con los mismos ingresos no llegan a final de mes. Y si nos suben el sueldo pagamos más a hacienda, que ellos siempre ganan. A este paso tendremos que pedir ayuda a San Juan de Dios, que aparece en la foto, de una iglesia de Córdoba.

Besos.