OBJETOS QUE DESPISTAN

Contaba un amigo, tiempo atrás, que iba caminando por la calle con su hija de 8 años cuando de repente la nena se paró en seco y, tirándolo con fuerza de la manga, lo obligó a retroceder hasta una vidriera en la que acababa de ver “un objeto rarísimo”. Intrigado, el hombre se acercó para descubrir, con estupor, que lo que había sorprendido de esa manera a la criatura era nada menos que una proverbial y querida máquina de escribir. Ese objeto que hasta no hace demasiado se podía ver sobre cualquier escritorio de oficinas (sin ir más lejos todavía se usan en las comisarías) hoy era, a los ojos de su hija, poco menos que ignota pieza de museo. Puestos a catalogar esos enseres de la vida cotidiana que hoy han caído en desuso, seguramente el listado será profuso.

(Silvia Fesquet)

Desde luego, la cantidad de objetos de la vida cotidiana de hace unas décadas (no tantas) que han caído en desuso, formarían una lista larguísima. Enseñarlo a niños o no tan niños sería la prueba de que ya casi se limitan a ser piezas de museo y que dentro de nada, en un par de generaciones, nadie sabrá para qué servían.

Como son piezas de museo, del Arqueológico de Palermo, lo que ahora os enseño. La primera foto, que podría parecer un zapato grande es una bañera del siglo II antes de Cristo, donde la gente se metía y no asomaba más que la cabeza. Tiene un orificio por el que se debía vaciar el agua al terminar el baño. Más tarde se extendía el perfume que se guardaba en la vasija del siglo V antes de Cristo.

 Y lo que veis aquí podría parecer un sarcófago o incluso otra bañera. Pero se trata de un recipiente donde se pisaba la uva para hacer vino, mucho más moderno, del siglo III después de Cristo.

Cosas en desuso, piezas de museo... seguro que aún guardamos algo de este tipo en nuestras casas.

Besos.