ORDENANDO COSAS

La culpa de esto la tiene el buen tiempo. Me he puesto a hacer limpieza en la estantería y he descubierto dos Nokia, unos auriculares verdes, un dibujo de Peridis firmado por él, las acreditaciones de la boda real de Felipe y Letizia, un Ventolín usado, un carrete de fotos sin revelar, un mechero, un rosario árabe, tarjetas de visita de cuando me llamaba Máximo, un corcho de champán con una fecha escrita y todas tus fotos. Todas tus fotos. Todas. Tus. Fotos. Es como haber exhumado tu cadáver en el salón de casa. Yo solo quería olvidarte. Supongo que por eso te escondí entre los libros, tras las cajas y los trastos. Pero los ritos funerarios son así, siempre hablan de respeto. No rompemos las fotos, las guardamos. Y en la memoria queda todo ese vendaval de recuerdos en movimiento. - ¿Por qué no cogías el teléfono? - Porque he encontrado las fotos de mi ex. Desenterrar el pasado sin aviso es como hacer de Lawrence de Arabia en Egipto. Mientras ordenas los restos arqueológicos con cuidado para reconstruir tu pasado, temes que el olvido no sea tan fuerte como creías. Evocar es frágil, revivir es la hernia de hiato más grave que existe. Y no hay omeprazol que lo proteja, ni Almax que lo resista

(Maxim Huerta)

Cuando nos proponemos ordenar un armario, un cajón, una estantería de libros o incluso una antigua cartera de trabajo siempre aparecen cosas que se quedaron allí olvidadas adrede o sin querer. Y aunque no esté en nuestro ánimo hacerlo, según se van sacando empezamos a recordar, a evocar y reconstruir aquellos momentos que quedaron plasmados en esos objetos.

Un sobre con una carta, una foto, una copia de un documento,un teléfono móvil inoperante que no sé por qué motivo no hemos tirado, una funda de gafas con gafas que ya no valen, tarjetas de visita de personas que en su momento conocimos y que ya ni siquiera sabemos quiénes son...

Y ya si, como en el caso de Maxim, se encuentran fotos antiguas que querías haber tirado y no lo hiciste en su momento, ya estás perdido...

Es lo malo o lo bueno de ordenar, de colocar, que te ayuda a tirar cosas que en caliente no pudiste. Y dejarlo todo tan colocadito como las plantas de la escalera...

Besos.