El ojo del observador costumbrista no puede dejar de notar la repentina irrupción en la ciudad del patinete eléctrico. Cuán azarosa y emocionante se está volviendo la existencia del flâneur. Por si no bastaban los tropeles de turistas o los ejecutivos que apremiaban el paso al estar llegando tarde a una reunión, ahora resulta que también puede ser atropellado por diferentes especies de centauros con la morfología acabada en unas rueditas que someten las aceras a sus designios. Bicicletas municipales, patines, patinetes eléctricos, por no hablar de los runners que chocan adrede y usan los codos porque no soportan que un viandante pacífico les arruine la marca que iban a hacer vestidos con colores fosforescentes.
Cáspita con las aceras, es más seguro llevar un niño de la mano por el carril bus. La llegada del patinete, que coincide con la expulsión paulatina del automóvil tiene además una influencia definitiva en la estética urbana, pues contribuye a lograr aquello con lo que sueñan los proyectos distópicos de la nueva política municipal: la infantilización de la ciudad y de las gentes que las habitan. Hay una parte lúdica, obviamente, como de parque temático, pues a bordo de un patinete desbocado cuesta abajo por una avenida todos recuperamos de alguna forma el niño perdido.
(David Gistau)
La verdad es que lo de los patinetes es la repera. No dudo que sean limpios, rápidos y cómodos para sus usuarios pero no lo son para el resto porque ni son coches para ir por la calzada ni peatones para andar por las aceras. Así que la solución es compartir el espacio con la gente de a pie. Es importante que esto se regule de una vez y que cada uno tenga claro cuál es sitio ara evitar no sólo conflictos sino incluso accidentes.
Dicen que este medio es muy util. Pero no todo en la vida es utilidad porque la imagen que se da no es de seriedad, la verdad sea dicha. Yo no diría exactamente que sea un rasgo de infantilismo como afirma Gistau, porque no creo que los usuarios lo consideren un juguete. Es más bien una moda que quizá haya venido para quedarse... En mi ciudad aún no se ven demasiados, porque se puede ir prácticamente a pie a todas partes pero en las grandes capitales debe ser de lo más habitual.
Aquí tampoco tenemos barcos como el de la foto en el puerto fluvial de Cullera donde desemboca el Júcar...
¿Qué opinas de esto?
Pues los patinetes no me gustan nada, como tampoco las bicicletas cuando invaden la ciudad como una plaga (recuerdo con pavor algunas avenidas de Amsterdam). Es que soy muy tradicional, y todo esto, que suena a ecológico, a sostenible o qué sé yo, como que me rebasa un poco.
Buenas noches .
Pues yo opino que como no pongan freno a todo esto que "corre por las calles " no se que vá a pasar .
En Barcelona es tremendo...y me supongo que en Madrid -Sevilla etc igual.
No se puede andar tranquilo pues te cruza un patinete a toda pastilla y te puede mandar al otro barrio en dos segundos.
Aunque no solo el patinete ..las bicis andan por sus anchas por donde quieren y no respetan nada (en general) -
Lo primero es sacar una orden con la obligación de matriculas a todos estos aparatos que vuelan ...porque te atropella uno o uno hace daño a otro y no hay quien pueda poner una denuncia .
Antiguamente las bicis tenian matrícula .
Pues esperando seguimos ...antes del 15 lo esperamos ...
Besos.
¡Hola!
Está claro que los urbanistas con visión de futuro tienen que tener en cuenta todos estos nuevas formas de desplazarse por ciudad, y aportar soluciones válidas.
En la actualidad se ponen de moda los carriles bici. Pero yo tengo experiencia en desplazarme en bici por la ciudad y te puedo decir que, al menos en Cartagena, no están bien diseñados ni bien enlazados unos con otros. Además, dice Joaquín que las bicis no respetan, pero tampoco nadie respeta a las bicis. Los carriles bicis o están invadidos por peatones o están llenos de coches aparcados. O sea que moverse en bici sigue siendo una odisea.
Ignoro el tema de los patinetes eléctricos. Aquí, como en Salamanca, no son habituales hoy por hoy.
Saludos.
Pues yo al no vivir en la capital, veo poco estas cosas. Sí que es verdad, que por una parte me parece bien que cada uno pueda elegir su manera de desplazarse, pero todo debe tener un límite y unas normas, porque tampoco se puede ir a lo loco.
Y las bicis, pues hay de todo. Éso sí, ten cuidado con lo que haces, porque se enfurecen algunos que no veas como metas un trocito del pie en su territorio.
Por aquí seguimos con bastante calorcete, aunque ya se nota un pelín de cambio por las noches, pero vamos, tampoco mucho.
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Joaki-007Hace una hora
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