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La ingeniería del coqueteo semeja infinita. Una de sus herramientas es la peluca, eficiente instrumento de belleza, camuflaje, exhibicionismo, transformismo e aun pacificación. Justo antes de la Revolución francesa, los postizos capilares vivieron su instante pletórico. Antes de que rodaran sus cabezas, las damas de la sesgo competían en lo que se ha llamado peinados d”apparat, con complejas estructuras de varillas, cintas, crin de caballo, lana, telas, joyas, talco, plumas, fruta, puercoespines… Llegaron a ser tan exageradas que Montesquieu afirmó con sorna que el semblante femenino debía quedar ubicado justo en el centro de la larga figura femenina, con igual proporción para el cuerpo de la dama y el de su estrambótico penacho.
Hubo una época cuando yo era pequeña que las pelucas y postizos femeninos estaban muy de moda, las amigas de mi madre tenían varias, aunque no las necesitaran, para evitar la peluqueria semanal. Últimamente se ven más pero en forma de extensiones para señoras que quieren que el pelo les crezca en unas horas.
Luego están las pelucas que se usan para despistar, para no ser conocido, cual peli de suspense. Me estoy acordando de la de Santiago Carrillo con la que se paseó por Madrid antes de la democracia y nadie reparó en que era él. Otros, como Descartes, se hacía postizos con canas pensando que así llamaría menos la atención. No tanto como las damas del XVIII con auténticos nidos en la cabeza.
Y para rematar encontramos personas con peinados tan poco adecuados para su edad y condición que no parecen suyos, para algunos son un pelucón y para otros una fregona o un mocho en la cabeza... no hacen falta más pistas.
Como el pelo natural, nada, como el de este ángel del trono de la Virgen de los Dolores de Lorca.
Besos.
Me encantaba este ángel, uno de los ocho que circundaban el llamado "trono de ángeles" de la titular del Paso Azul lorquino. Para mí significaba algo parecido a la bola del mundo de la Virgen del Carmen o al Purgatorio de la misma iglesia. Éstos últimos han desaparecido, pero afortunadamente se conservan algunos fragmentos del "trono de ángeles" en el Museo del Paso Azul.
Espero pases un buen final de domingo
saludos
Para no salirnos del tema, este ángel tiene unos bucles nada marcados, un look elegante y natural.
Tendré que llamar a Loli Triana para que me cuente sobre pelucones.
Espero estés bien!!! Pasa buen lunes!!! Besos y abrazosss!!!
¡Hola!
Como suele decirse "ni calvo ni con siete pelucas". Al fin y al cabo las pelucas cumplen su función. Mejor una peluca, que esa estampa tan grotesca del señor que se deja crecer sus cuatro pelos y los peina en sentido contrario tratando de ocultar la calvicie. Y, bueno, para las señoras puede ser una buena solución de cara a acudir a cualquier compromiso. Ya lo dijo Celia Cruz: "¡Soy la mujer de las pelucas!"
Saludos.
Yo jamás en la vida usaría una cosa de ésas... a no ser que fuese por una necesidad de enfermedad, que también se usan con ese fin.
Queda tan poco natural... yo prefiero que la gente se muestre tal y como es, total... virtudes y defectos tenemos todos en el físico, y el que nos toca pues es el que es y punto.
A Andre Agassi que no me lo toquen jaja
eliocroca2Hace una hora
Joaki-007Hoy a las 18:32
AMeigaAyer a las 12:59
angela.6925/03/2024
corremundos22/03/2024