PUERTAS QUE SE CIERRAN A DESTIEMPO

Un cerrarse de puertas,
a derecha e izquierda;
un cerrarse de puertas silenciosas,
siempre a destiempo,
siempre un poco antes
o un momento demasiado tarde;
hasta que sólo queda abierta una,
la única puntual,
la única oscura,
la única sin paisaje y sin mirada.

Josefina Plá

Puertas que se cierran, puertas que se abren, con ruido o en silencio, a destiempo, en el peor momento. Y como dice este magnífico poema, hasta que sólo queda una abierta, la única, la peor, desde donde no se ve el paisaje, oscura, sin horizonte. Y en ese momento ya no se puede elegir.

Cuantas veces nos ocurre eso, que vamos desechando posibles salidas esperando que vendrá otra mejor y de tanto escoger nos quedamos sin ninguna, o sólo con una, que suele ser la peor opción.

Estas puertas oscuras o al menos sin visibilidad son las que usaban en las antiguas juderías, en angulo recto, en forma de codo, nunca de frente, para ocultar lo que había dentro y no vislumbrarlo hasta que ya se había entrado. Así es la que veis en la foto, de una antigua juderia que ha salido a la luz en la montaña donde está el Castillo de Lorca, la antigua Eliocroca.

Esperemos que la puerta que elijamos sea la correcta, por el bien de todos. Y sin portazos.

Besos.