QUE EL AMOR DURE

Según la mitología, el dios Cupido, que representa el deseo amoroso, tiene que disparar una flecha con una pócima contra la bellísima Psique, que simboliza el amor puro, para que ella se enamore del ser más vil de la tierra. El dios alado, que no es muy hábil, se pincha él mismo con su flecha y el veneno se transmuta en un potente brebaje de amor que enamora locamente a los dos. Sus flechas han llegado hasta nuestros días como el símbolo del amor romántico, una mezcla de afecto puro y pasión intensa. Por otro lado, el amor es ciego, pero tiene un gran olfato, dispone de un sistema llamado vomeronasal, una especie de web de contactos biológica que detecta las feromonas emitidas por el sexo opuesto.Toda elección de pareja tiene un fuerte componente inconsciente.

La fórmula de la felicidad lleva el aceptar el pasar del tiempo. Durante el desarrollo evolutivo de la relación, el amor asume diferentes formas y pasa por cuatro estadios:  Lo que en una relación importa al principio cambia con el paso del tiempo, la pasión disminuye hasta niveles moderados, la intimidad se estabiliza y los proyectos comunes continúan para avanzar hacia un amor sólido que alcanza el equilibrio con grandes dosis de perdón y agradecimiento. En palabras de Erich Fromm: "El amor es un arte que se emprende y que se aprende" ('El arte de amar').

(Isabel Serrano)

En estos días de celebración del amor, hay que hablar de esto. No sólo de cómo surge el enamoramiento, que ya sabemos que tiene unas causas más químicas de lo que creemos, sino sobre todo de cómo conservarlo a lo largo de los años. haciéndolo adaptarse al tiempo, a las circunstancias y a los cambios que todo esto acarrea. Estoy totalmente de acuerdo on esa frase del final que dice que el amor se emprende pero también se aprende. 

Que cada día sea una celebración del amor y que lo alimentemos con detalles, con flores, con regalos, con un fin de semana romántico. Todo ello nutre la relación asentada. Y hablar mucho,  y remar después en el mismo barco y direccion. Y besarse mucho. Como dijo el poeta Luis Rosales, "Hay amores que duran algo menos que un beso y besos que han durado algo más que una vida".