SER EL PLAN B

Si eres su plan B. Si te dice que sí pero al final no. Si desaparece sin dar una explicación. Si vuelve para explicarte algo que te suena a mentira. Si te miente para que sigas ahí. Si sigues, es benching.

La palabra que más está dando que hablar durante los últimos días ,el benching es un juego aunque la mayoría de las veces, la persona que lo sufre no lo sabe.

Érase una vez el principio de una historia que podría ser de amor. Y por qué no. Érase una vez esas miradas que no te dejan dormir. Érase una vez las primeras citas, los primeros besos, las primeras despedidas eternas. Érase una vez lo de volver tarde a casa y querer que sea mañana. Érase una vez la primera persona del plural y las ganas de querer más. De hacer caso a lo que dice el corazón.  Y érase una vez, justo en ese momento, un paso atrás. Una barrera. Una pausa que no es eterna y un paréntesis que no se termina de cerrar.  Son relaciones en las que el interés se cuela sin pedir permiso. Y se cuela porque así se define esta historia que la única ambición que tenía era ser de amor.

(L'officiel)

Benching. Otra palabra en inglés para denominar lo que en román paladino es ser plato de segunda mesa. O dicho más modernamente, ser el plan B de alguien. Todos tenemos y debemos tener un plan B en la vida, para si nos falla un proyecto, tener la posibilidad de agarrarnos a otro y quién sabe si ese plan B pasa a ser el mejor plan A que hubiéramos soñado.

Pero nunca con las personas. Muchos casos se conocen de gente que tiene una relación con dos personas a la vez hasta que llega el momento de decidirse por una o por otra. Pero en el caso del Benching aún es peor. Son personas de ida y vuelta, interesadas y mezquinas. Claro está que tanta culpa en este caso la tiene quien lo hace que quien lo sufre. No olvidaré nunca las sabias palabras de mi abuela que me decía siempre: "Tú, hija, date a valer". Pues eso.

En la foto, espero que no haya plan B.

Besos.