Cuando Stendhal paseaba en 1817 por la basílica de la Santa Cruz en Florencia y comenzó a sentir mareos y palpitaciones, no sabía que estaba creando una moda vigente aún hoy. Te plantas ante un cuadro en concreto, y de repente su belleza comienza a fascinarte hasta tal punto que tu corazón se acelera, tienes palpitaciones, te mareas, incluso tiemblas, como el adolescente que se enamora por primera vez. Existe y tiene un nombre: síndrome de Stendhal. Además de una enfermedad psicosomática, también se convirtió en un referente durante el romanticismo debido a la sensibilidad que parece envolver este goce particular de la belleza artística. Stendhal se paseaba en 1817 por la basílica de la Santa Cruz en Florencia y quedó impresionado por ver las tumbas de hombres tan importantes como Galileo, Miguel Ángel o Maquiavelo. Aquello, sumado a la belleza de la basílica, hizo que comenzase a sentir palpitaciones, vértigo y confusión. Tuvo que dejar de admirar el monumento para poder recuperarse: "Había llegado a ese punto de emoción en el que se encuentran las sensaciones celestes dadas por las Bellas Artes y los sentimientos apasionados (...) me latía el corazón, la vida estaba agotada en mí, andaba con miedo a caerme".
(Ada Nuño)
No sé si alguno de vosotros ha tenido esta sensación que se describe como el síndrome de Stendhal alguna vez en su vida. Y llevado a esas últimas consecuencias, casi desvanecerse , sentir mareos y palpitaciones ante una obra de arte. Quizá sea algo exagerado, pero sí que nos podemos sentir entusiamados y emocionados ante un cuadro, una escultura, un edificioo con un sentimiento parecido al enamoramiento más pasional.
Algunos especialistas en el tema aseguran que en esto hay mucho de postureo y que las personas que lo experimentan son quienes ya tienen alguna otra patología asociada. Y probablemente esta reacción esté más en relación con las personas que se emocionan ante obras de gran importancia histórica y con su nivel cultural. He leído que en contraste con esto está el llamado Síndrome de Paris, que sufren especialmente los japonenes cuando viajan a la ciudad y no cumple con las expectativas que se habían marcado antes. Indagaré sobre ello otro día.
Unos se pueden sentir emocionados contemplando este edificio del Monasterio de Guadalupe y otros quedarse fríos.
Besos.
Bona nit .
Hombre , yo me quedo entusiasmado ante , por ejemplo, esta foto del Monasterio de Guadalupe y seguro que más , si lo viera en directo , pero de eso a marearme o sentir agobios , pues la verdad es que no.
Y no sabia que eso podia pasar y le pasa a alguien , la verdad .
Pues nada , despidiendonos de este viernes que la verdad , ha sido un poco agobiante entre una cosa y otra
Y mañana , sabado.
Buena s noches ,
un beso.
Pues sí, lo que experimentó Stendhal lo hemos sentido muchos (yo lo hago habitualmente) ante obras de Arte con las que se conecta de manera muy personal. Y es que la experiencia estética, lo que le sucede a alguien ante un cuadro o una escultura (menos ante construcciones arquitectónicas) que significa mucho para él es que, en realidad, conecta con el autor y desanda el camino seguido por éste al crear la obra de Arte. En Estética se defiende la idea de que hay un proceso creador, que lleva a cabo el artista partiendo de un sentimiento estético abstracto al que da forma concreta, convirtiéndolo en obra de Arte; y otro proceso, recreador en este caso, que realiza el espectador al enfrentarse con la obra y, a través de ella, conectar con el sentimiento original del artista. Lo importante es diferenciar las sensaciones sensoriales del sentimiento estético, abstracto, que todo ser humano es capaz de experimentar, aunque sea un perfecto ignorante en materia artística.
Hablando de Italia y de Stendhal, precisamente ahora me estoy leyendo "Paseos por Roma". Primer libro que me leo suyo, y sí que se palpa en todo el libro, que siente pasión por Roma, sus calles, sus monumentos, las pinturas... en fin, lo goza en toda su plenitud. Lo voy alternando con otras cosas, porque no es una novela en sí misma, es como una especie de diario de viaje. Es interesante, pero a veces algo monótono y abruma tantos datos y nombres.
Lo del síndrome de Stendhal es conocidillo y ya lo había escuchado aunque no tenía yo una explicación tan concreta formada en mi cabeza. Desde luego que se emociona una viendo ciertas cosas, pero la verdad que lo de los mareos y tal, eso ya como que no.
Si he experimentado algo parecido (no hasta ese punto) alguna vez, te digo yo que no me tengo que ir muy lejos de donde estuvo Stendhal. Porque también fue en Florencia al ver el David de Miguel Ángel. El auténtico, claro. Me dejó boquiabierta unos cuantos segundos.
Joaki-007Hace una hora
mandarina1981Hoy a las 07:52
astur_82Ayer a las 23:19
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eliocroca2Ayer a las 22:01
