SOÑAR QUE SOÑABA

Anoche volvió a ocurrirme. Como otras veces, me levanté con la sensación de haber soñado una gran idea, una novela sensacional, un artículo redondo, algo creativo y perfecto. Lástima que sólo un par de segundos más tarde y aún sin haberme despertado del todo era incapaz de recordar nada. Cero. Mente en blanco, adiós genio, adiós gloria. El asunto sería menos frustrante si uno no recordase haber soñado, pero siempre sobrevive un pequeño recuerdo para que uno sepa de su existencia. Cada vez que comento el fenómeno, alguien dice que también lo ha vivido y me da consejo. «La noche es muy fértil, dicen, hay que dormir con papel y lápiz a mano y anotar aunque sea a oscuras y repasarlo mentalmente antes de abrir el ojo». He probado, pero mi letra a oscuras es tan horrenda que ni yo la entiendo y, si enciendo la luz, me quedo la noche en vela solo para descubrir, horas de insomnio más tarde, que lo que apunté no tiene el más mínimo interés. Aun así, esto de los sueños creadores ha sido una obsesión para todo artista, no hay más que ver el juego que han dado a lo largo de la historia.

El verano es el momento perfecto para tratar de rescatar estas ensoñaciones creativas, pero no se confíen demasiado. Al fin y al cabo, como dice Jardiel Poncela, «pocos sueños se cumplen, la gran mayoría se roncan».

(Carmen Posadas)

Esta mañana mi hija me comentó que había tenido un sueño en el que soñaba algo y se despertaba, todo ello dentro del propio sueño. Algo que podría llamarse sueño en el sueño o metasueño.

Todos soñamos en la misma medida, lo que nos diferencia es que no todos ni siempre lo recordamos. Si nos despertamos por motivos ajenos a nosotros en mitad de un sueño, sí que se recuerda, pero si el despertar es de modo natural ya es más difícil. A mí me ha ocurrido a veces despertarme en mitad de un sueño, volver a dormirme y continuar con la historia donde la dejé. Reconozco que eso ya es rizar el rizo...

Y también estoy de acuerdo con Posadas en la posibilidad de apuntar esa idea genial que vino a nosotros en forma de sueño, pero seguro que al día siguiente no se entiende la propia letra y uno se espabila y se acabó la noche...

Mirad esta foto que es una puerta abierta, donde al fondo se ve otra puerta abierta que se abre hacia un claustro. Es el Palacio Fonseca de Salamanca. "Anoche soñé que soñaba..."

Besos.

Y gracias por vuestras palabras tan generosas de la última actu. Se agradecen...