SUEÑOS Y PESADILLAS

Por todos era ya sabido, ninguna novedad recién descubierta, que dormir es una de las acciones que realizamos con más beneficios. No solo para la mente y el cerebro, sino para el cuerpo y todo el organismo en general. Porque descansamos, porque estiramos, porque relajamos cada músculo, el corazón late a buen ritmo y el organismo se resetea. Pero además de dormir, el sueño también influye en nuestro cuerpo y nuestra mente.  Un análisis profundo descubrió que la gente que sueña posee un mayor nivel de creatividad, frente aquellos que no.

De igual manera, también se asocia todo el tema del sueño con el concepto de “la noche es buena consejera”. Una definición con la que afirma que los sueños nos ayudan a tomar mejores decisiones. Pero los sueños, ante todo, nos ayudan a lidiar con las emociones. Especialmente las difíciles. Los sueños tienen una “función digestiva” de las emociones complicadas. Total que el sueño es, básicamente, la actividad que más deberías desarrollar en tu día a día. Para ser más eficiente, más creativa, más humana y, ante todo, más feliz.

(Miriam Vélez)

Dormir es la actividad de nuestro cuerpo más necesaria. Se puede estar sin comer equis tiempo pero sin dormir es imposible a riesgo de volvernos locos. Y dentro del hecho de dormir, lo más saludable aún es soñar. Parece ser que fomenta la creatividad, nos ayuda a dar salida a las emociones acumuladas y nos hace ser más felices.

No hay que confundir el sueño bonito con la pesadilla aunque ésta también tiene su función, pues nos pueden ayudar a echar fuera episodios traumáticos que nos quedaron muy dentro. En la pesadilla estamos solos ante el peligro, tratamos de gritar o de correr, pero  todo resulta en vano, porque a veces no hay nadie a nuestro alrededor, y cuando en nuestra peor pesadilla vemos a alguien a lo lejos y nos parece que eso será nuestra salvación… resulta que no. Y a medida que la adrenalina se va incrementando, aumenta nuestra tensión por porque  parece que se acerca el momento de máximo peligro, y entonces. . . ¡nos despertamos! Por fin abrimos los ojos y nos damos cuenta de que estamos sanos y salvos, y que sólo ha sido un mal sueño.  Y seguramente diremos, “¡qué susto!”.

Pero nos quedamos con los sueños hermosos, que nos dan bienstar, como si flotáramos, como esas preciosas pompas de jabón del parque de María Luisa sevillano.

Besos.