TORRE DEL CARACOL

La Torre del Caracol (se dice que fue la armería del castillo),  fue construida en 1504 por orden del V Conde de Benavente, don Alfonso Pimentel, siendo el último edificio erigido de los que componían la grandiosa fortaleza o alcázar. Es de planta cuadrada de unos 17 metros de cuadro, cuyo estilo artístico es una mezcla de gótico y renacentista.  Sus muros están construidos de sillares de piedra. Aunque las ventanas conservan la traza de las cañoneras de un viejo castillo militar, por su decorativa balaustrada nos delata que este gran torreón corresponde a un momento constructivo en que la función militar se había cambiado por el de mansión palaciega.

En su fachada sur se pueden ver algunos escudos de casa de los Pimentel. El conjunto se encuentra en la actualidad cubierto con un magnífico artesonado morisco. Es una obra del siglo XV y procede del que fuera Convento de San Román del Valle, donde estuvo localizado uno de los panteones de una dinastía de los Pimentel. En el interior de la Torre del Caracol podemos contemplar dos grandes lienzos contemporáneos que a simple vista semejan tapices. Recrean éstos escenas cortesanas de la época de Fernando II, cuyo nombre lleva el actual Parador de Turismo. Fueron ambas obras realizadas por el artista benaventano José Carlos  Guerra, a comienzos de la década de los 70. Uno de ellos recrea el momento de la concesión de un fuero o carta puebla impulsando la repoblación de la ciudad, por parte de Fernando II en 1164.

(Descubre Benavente)

El Parador de Turismo de Benavente en Zamora se llama Fernando II y está situado en lo que fue Castillo de la Mota (no confundir con el de Medina del Campo). Como se explica en el texto fue un castillo que acabó convirtiéndose después en un palacio de la familia Pimentel hasta el siglo XIX y sufrió diversas reformas, hasta que a principios del siglo XIX las tropas francesas lo destruyeron e incendiaron, como tantas y tantas obras de arte que se llevaron por delante porque no pudieron llevárselas directamente a Francia.

Ahora  la Torre del Caracol, nombre con el que se conoce, sólo es una pequeña parte de todo el conjunto fortificado, compuesto por tres recintos amurallados que en sus épocas de esplendor se podía admirar. En la foto principal se puede ver una parte y en la otra más de lejos lo único que queda.  Es una pena que no pueda visitarse su interior, ya que según dicen hay un artesonado mudéjar precioso en sus salas interiores. En cambio en la base de la torre, el Parador ha instalado el bar y cafetería que da salida al jardín con piscina.

Besos.