UNA DE MUSEOS

No hay nada, por pequeño, humilde y banal que sea, que no tenga cabida en un museo de Zagreb que recoge 'mementos' de personas de todo el mundo que han pasado por una ruptura. Pasear por él es repasar la propia historia. Las pequeñas decepciones y desalientos que construyen ese tortuoso camino de la vida sentimental. Una botella de vino que probablemente estará picada es el símbolo de una historia truncada: un hombre y una mujer casados con otras personas que tienen una relación adúltera durante años maquinan dejar a sus respectivas parejas y compran una botella de vino que se prometen abrir el día que estén juntos por fin. Ese día nunca llega. La mujer dona la botella de vino al museo porque su mera presencia le recuerda todo lo que no sucedió. Ese futuro soñado que fue motor de tantos años de esperanzas y proyectos truncados.

 Ese futuro soñado que fue motor de tantos años de esperanzas y proyectos truncados. Muchas veces, esas minucias han perdido totalmente su valor simbólico y su poder evocador, pero cualquiera de los objetos que se exhiben en este lugar podría habernos pertenecido y puede despertar en nosotros el recuerdo de nuestro propio museo de las relaciones rotas.

(Isabel Coixet)

Hay museos de todo tipo y para todos los gustos como éste del que nos habla Coixet, un museo de las relaciones rotas que aglutina objetos que para alguien fueron importantes en su momento y hace rememorar recuerdos pasados. Me parece bastante triste y deprimente pero siempre se podría hacer un estudio sociológico de las piezas que allí se presentan. Hay museos del vino, de la Inquisición, del Ratoncito Pérez, de la salchicha, de las Brujas, de los piratas ... En Ciudad Rodrigo hay un museo de los orinales que es uno de los más visitados de nuestra provincia.

Las comparaciones entre unos y otros ya se sabe que son odiosas. Y hablando de comparar, en el Museo de Bellas Artes de Sevilla están ahora exponiendo obras de Picasso comparándolas con otras de otros pintores de distintas épocas y estilos. Aquí tenemos un ejemplo: un retrato de un caballero del Greco y el mismo motivo en otro de Picasso, el mismo señor visto desde puntos de vista distintos y dos estilos opuestos.

Es el espectador quien tiene que decidir con cuál de los dos caballeros se queda...

Besos.