VERDADES Y MENTIRAS, BIEN Y MAL.

 Resulta fascinante (y también muy reveladora) la percepción que se tiene actualmente del concepto 'verdad'. Uno que, al igual que ocurre con otros tan fáciles de nombrar como difíciles de definir (la felicidad, por ejemplo, o el honor, o el bien y el mal, etcétera), ha ido modificando su significado a lo largo de los siglos para adaptarse a nuevas circunstancias, nuevas sensibilidades. El caso quizá más claro es el de los términos 'bien' y 'mal'. Una parte de su significado permanece inalterable, pero es evidente que lo que ahora está bien —o mal— nada tiene que ver con lo que estaba bien o mal antes.

En lo que se refiere al término 'verdad', el Diccionario de la RAE lo define como la coincidencia entre una afirmación y los hechos. Cierto que en otros tiempos menos confusos que los nuestros la verdad no siempre se compadecía con los hechos. Pero entonces se llamaba 'mentira' y todo el mundo, incluidos los mentirosos, sabían la diferencia entre una y otra. Ahora no. ¿Se han preguntado alguna vez cómo es posible que, cuando hay en el mundo la mayor tasa de alfabetización que nunca antes en la historia de este viejo mundo, cuando la información está al alcance de cualquiera que así lo desee, la gente esté dispuesta a creer las más inverosímiles trolas? 

(Carmen Posadas)

La verdad y la mentira, el bien y el mal parecen términos muy categóricos que no admiten estados intermedios. O es verdad o es mentira. O algo está bien o está mal. Pues no. En el primer caso parece más fácil de entender que uno mismo sea capaz de interpretar un hecho, matizando una verdad que puede ser más bien una percepción. Y estoy de acuerdo con Posadas en el hecho de que el concepto del bien y del mal es el que más ha cambiado a lo largo de los años. 

Decía Alejandro Dumas que “El bien es lento porque va cuesta arriba. El mal es rápido porque va cuesta abajo.” Y es más que revelador sobre lo que está pasando y por el hecho de ver lo rápido que se instala el mal en el mundo.  No olvidemos que para que triunfe el mal solo hace falta que los buenos no hagan nada. Debemos tener muy presente esto. Y mientras tanto, observemos este regalo de la naturaleza, estos claveles que son a la fuerza el bien y la verdad.

Besos.