VOLVERSE PEREZOSO

Tras meses esperándolo, por fin disfrutamos de los días de verano, una de las estaciones favoritas para muchos. Desconexión, amigos, descanso… pero también salimos de la rutina y cuidamos menos nuestra salud. Olvidar los buenos hábitos en vacaciones es habitual, pero ¿cuáles son los verdaderos motivos por los que nos volvemos más perezosos y dejamos a un lado la disciplina?

Cuidarnos por dentro y por fuera los 365 días del año también implica disfrutar de las vacaciones y todo lo que ello conlleva, sabiendo que hay tiempo para todo, incluso para darnos un capricho. Por ello, no te sientas culpable, ya que es normal caer en la pereza estival y dejar de lado las rutinas de ejercicio que hemos implementado en el resto del año. En los días con altas temperaturas en el organismo se produce una sensación de cansancio que se traduce en una pérdida de energía y nos volvemos más perezosos para practicar deporte. Algunas personas descansan menos y pasan más tiempo en la calle. Otras, por el contrario, pasan la mayor parte relajados y duermen más horas de las necesarias, lo que influye negativamente al cuerpo, ya que genera déficits en distintas capacidades mentales y el cuerpo funciona a menor velocidad.

Tenemos más planes, y todos ellos acompañados de comidas y cenas copiosas, dulces o bebidas alcohólicas, que nos hacen olvidar lo bien que nos sienta comer sano. La mala alimentación durante esta época es algo normal, queremos disfrutar y no se nos ocurre renunciar a ese helado en la playa. 

(A C y V)

Es incontestable que la teoría de los climas influye y mucho en la manera de ser de las personas y en el régimen de vida. En las zonas más cálidas, la gente está más relajada y se vive a otra velocidad, lo que a veces puede confundirse con la pereza. Y eso ocurre siempre en verano que además es la época que coincide con las vacaciones. Por eso es lógico que no se sigan los mismos hábitos de disciplina y de horarios, que se acueste uno más tarde aprovechando las horas en que se está más fresco para una cenita al aire alubre, en la calle o en una terraza particular. No es nada criticable porque es el contraste que se necesita.

Dentro de nada retomaremos muchos los horarios y el ritmo laboral así que la disciplina se impon drá sí o sí. No olvidemos que si todo el año fuese fiesta, divertirse sería más aburrido que trabajar. Todo con mesura y sentido común es de lo más saludable. Y no es pereza en absoluto. ¿Os apetece un piscolabis en el lugar de la foto?

Besos.