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A veces llega un momento en la vida en el que quieres dejar de luchar, dejar de nadar contra corriente para ser arrastrado por esta. Pero eso no significa que te hayas dado por vencido simplemente se quieren recobrar fuerzas para seguir y, mientras se es arrastrado por la corriente, recordar el por qué luchas. El dejar de luchar puede hacer el camino más largo e incluso más difícil pero sabes que no te quedarás a medio camino. Siempre es bueno dar un respiro antes de que te ahogues...