Gracias, no me olvido de quién soy.

La vida empieza cuando eres libre, cuando naces, mueres y vuelves a nacer siendo esa persona que siempre fuiste pero que nunca empezaste a ser, por miedo.

No lo negaré, hoy añoro los besos sedientos de amor y esperanza, añoro tu cuerpo desnudo y el mío entre tus brazos. Añoro todas las veces que me susurraste que yo era lo más especial que habías tenido nunca. Año el amor y los sueños. Pero bueno, cielo, las cosas son así, la vida se traduce en pasos y vueltas sin sentido, en errores y recuerdos bonitos, en cambios y despedidas. Por eso ahora estoy feliz. Toda mi vida es nueva, todo ahora tiene un nuevo color, un nuevo camino y hasta casi un nuevo paso. Soy ese pájaro que vuela solo entre mil nubes, pero a gusto con sus alas es capaz de llegar hasta lo más alto de la más alta montaña. Allí se posa y le canta al viento su historia. Para que éste no la olvide, para que la recuerde. Y pasarán los años, y la nostalgia volverá a aflorar como la lluvia en el mes de abril, como los recuerdos que ocuparon otro tiempo, otro lugar, otra vida, pero no importa, porque ahora el viento sabe que una vez, ese pájaro fue una persona que nunca olvidará lo que dio, lo que ha dado, y por supuesto, lo que ha recibido.

El pasado es nuestra historia, el presente es nuestra vida.