Llegó la semilibertad

Hola!

Llegamos a finales de abril 2020, cuando por fin, dejaron salir un ratito a la calle, a los menores de 14años.

He tenido que ir a google, para recordar exactamente las medidas para salir y se me ha puesto la piel de gallina al recordar las normas:

Sólo podrán ir acompañados de un adulto, no podrán interactuar con otros niños con los que no estén confinados y no podrán entrar a los parques infantiles. Además, las salidas se limitan a una hora entre las 09:00 y las 21:00 y a un kilómetro de distancia como mucho del domicilio

Lo que más me ha impactado, ha sido recordar que no podían interactuar con otros niños, ni ir a ningún parque. La verdad es que ya había sido súper duro, tener a Pol encerrado un mes y medio, sin pisar calle, pero no pensaba que en esa semilibertad, iba a vivir algo tan cruel como eso.

Voy por partes:

Durante ese mes y medio, en muchas ocasiones Pol iba hacia la puerta a "aporrearla" en plan "quiero salir". Con año y medio, aún no hablaba claro, pero se hacía entender perfectamente, ya empezaba a soltar palabras, y "carrer" (calle) mientras daba golpes a la puerta, dejaba bien claro lo que quería...

Aquel domingo 26 de abril de 2020, se encontró con la gran sorpresa que salíamos a la calle, y su reacción, ante mi propuesta (aunque era más bien una "orden") de ir a dar un paseo, fue esta:

Al ver esta foto y pensar que era la primera vez que salía a la calle con mascarilla, he recordado, que el día anterior, hice una videollamada con mis padres, seguro que ellos se acuerdan también, que hablando sobre las mascarillas y tal, me la puse por primera vez, para probar, y Pol, al verme con aquello, se puso a llorar.. vaya drama! por suerte, al día siguiente, no le impactó tanto y pudimos dar el paseo tranquilamente.

Su alegría aumentó (o al menos eso creo, porque por lo menos para mi, fue así jaja) al ver que eso de salir, no era algo puntual, podíamos pasear un ratito cada día y nosotros, esa hora, la exprimiamos al máximo.

También recuerdo, del primer día que salimos, que Pol miraba todo asombrado, las calles vacias, nos cruzábamos con muy poca gente, pero cuando coincidiamos con algun otro peque, Pol saludaba y si en ese momento no estaba en el cochecito, se acercaba, pero yo tenía que distraerle con alguna cosa, para seguir nuestro camino. Esa situación era dura, pero me esperaban cosas peores que vinieron más adelante, cuando se podía salir más rato, ir a alguna plaza o parque (jardines, sin parque infantil) a jugar a la pelota y se acercaba a algún otro niño, y tenías que decirle que no se tocasen, que sus cosas no las podía dejar, ay madre... solo de pensarlo... cuando en realidad tiene que ser al revés, educar en compartir, en socializar, y aquello fue... pffff. En aquel momento lo consulté con su profesora de guardería, me dejó más tranquila el saber, que siendo tan pequeños, en unos meses podrían olvidar todo aquello, no tenían tanta retentiva, como para que eso les marcase o para hacer de aquello un hábito.

A todo esto, yo seguía con mi teletrabajo-locura:

Pero nada importa con esta carita:

con esta sonrisa:

y.. sh..... otro día más superado:

Feliz miércoles!

Besos!