Atrévete a entrar en una tienda y preguntar el precio sin intención de comprar nada.
Atrévete a equivocarte.
Atrévete a desobedecer.
Atrévete a hacer algo que te cuesta mucho hacer.
Atrévete a cantar una bronca.
Atrévete a jugar en tu lugar de trabajo, como si tuvieras 5 años.
Atrévete a llevar una prenda de ropa que no combine.
Atrévete a hacer algo inapropiado, absurdo, prohibido.
Atrévete a subir a un tren, autobús, tranvía, metro sin saber a dónde te lleva.
Atrévete a saltar en los charcos cuando llueva o a dejarte mojar por un aspersor de un parque.
Atrévete a preguntar a alguien desconocido cómo llegar a un sitio aunque sepas de antemano el camino.
Atrévete a reírte sin motivo alguno en un lugar público.
Atrévete a saludar a alguien por error.
Atrévete a pagarle a alguien el peaje, el ticket de un medio de transporte por puro placer.
Atrévete a ir caminando por la calle dando saltos, o al revés de cómo vas asiduamente, o cantando.
Atrévete a silbar, canturrear cuando estés de mal humor.
Atrévete a ir con un zapato de cada.
Atrévete a suspirar con fuerza en tu vida cotidiana.
Atrévete a sonreírte al mirarte a un espejo.
Atrévete a permanecer callad@ aunque sepas muy bien la respuesta, cuando estés en una conversación con alguien.
Atrévete a mirar a los ojos a alguien hasta perderle de vista.
Atrévete a hacer algo diferente a lo habitual y te sorprenderás a ti mism@.
