var isMobileBrowser=false;
En agosto, primero tímidamente, luego con más valor, aparecen los manzanos, los ciruelos, y los durazneros en flor. Sus pequeños pétalos rompen los brotes como los polluelos al huevo, y pían en color; blancos, rosados, rojos. Más adelante, todo el ciruelo se cubrirá, como una novia, de un florido traje blanco. Las quintas parecen entonces vidrieras de florerías. Aquí y allá los sauces -leves cortinas de hojas tiernas que un temblor anima- semejan una tenue lluvia verde. Centenares y centenares de frutales florecen a un mismo tiempo, y sus ramas tienen entonces más flores que hojas. Apresuraos a mirarlos porque esto dura pocos días. Escondido detrás de la curva del horizonte, en nuestro río, ya está Eolo hinchando sus carillos para desatar el viento. ¡ Y qué viento ! Escuchad la radio:
"¡ Aviso urgente a los navegantes ! Corrida 120 metros boya blanca 311 canal de acceso al puerto de Montevideo. Desprendida boya blanca entrada puerto Buceo. Apagada boya blanca 377 canal Punta Indio. Falta baliza roja latidtud 34º 27", longitud 58º 19". Y todos aquellos pétalos -blancos, rosados, rojos- ya no están en las ramas, sino a los pies de los árboles.
http://www.montevideanos.com/poemas.htm
ROSAS Y CRISTAL
Las doce menos cuarto
marcaban los relojes,
las doce menos cuarto
daban los corazones.
Esperanza cuajada
en rosas y cristal,
en su quietud callada
ha nacido nuestro Gaël.
trae herdida la piel,
cristal lleno de sangre
como un carmesí mar
de rosas de su madre.
Daban mudas las tres.
-"¿Dónde estás, corazón,
y dónde nuestro Gaël?",
murmuraba el reloj.
-"Está en la habitación
trescientos veintitrés",
blanca desilusión
que ampara dos sin tres
en una cama vacía.
¡Cuán blanca frustración
de blancura exgtendida!
-¿Dónde estás, corazón".
y ahi se quedó, que ya nos dijeron dónde estaban y fuimos a verlos.