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Cada vez que disfrutamos la majestuosidad de un paraíso natural, o la belleza de un día común en nuestra ciudad.
Cada vez que cerramos los ojos y percibimos el aroma del café, de algún perfume cercano a nosotros o la misma frescura de las plantas en un día lluvioso.
Cada momento que palpamos las cosas a nuestro alrededor, la suavidad de una caricia, un abrazo sincero, el sonido de las aves, el agua que cae al abrir la llave y la sensación de la misma al escapar de nuestras manos.
Siempre habrá el pretexto perfecto para agradecer a Dios y/o a la vida por tener completos nuestros cinco sentidos y disfrutarlos en cada momento de nuestro existir.
Y quizá la mayoría de las veces pasa desapercibido pues forman parte de la rutina diaria, pero... ¿le has preguntado a alguien que carece de algún sentido que haría si lo tuviera?
Te conmovería hasta las lágrimas su respuesta.
Por eso, cada vez que degustes un alimento, intenta cerrar los ojos y paladear su sabor agradeciendo con humildad ese instante y la fortuna de tener completos tus sentidos para disfrutarlo.
Siempre es buen tiempo para empezar a valorar lo que tenemos...
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Distracciones hetéreas que rodean tu mente.
Cúmulos de humo que parecen confundir tus decisiones.
Problemas y espejismos que nublan la razón.
Una historia no grata que se repite una y otra vez a lo largo de tu vida.
Cambiarán los escenarios, variarán los actores y las condiciones, pero en el fondo la esencia será siempre la misma.
Fortaleza y determinación para levantar la frente y seguir adelante encontrando el camino a aquel lugar que llamas casa.
Encaminarte siempre a tus orígenes. A eso que te hace feliz.
¿Recuerdos? ¿ Sueños? ¿Ilusiones?
No. En el fondo lo sabes.
Hogar es aquello que tenemos dentro y que siempre nos acompaña.
Lo que estará con nosotros hasta el día en que partamos de este mundo material.
Hogar es lo que nadie puede quitarnos ni cambiar.
Es nuestra conciencia, nuestra alma. Somos nosotros mismos.
Aquel yo interno con el que siempre platicamos desde que éramos niños.
Esa voz interna que grita "No te rindas, sigue adelante, todo marchará bien".
Y a veces pareciera olvidarse que el verdadero camino a casa está tan cerca... porque en realidad está más allá de lo tangible . . . está dentro de nosotros mismos.
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Inicia un año más de vida, un nuevo ciclo que da pauta a mejores oportunidades para corregir errores, para ser felices y para reforzar los lazos de amistad entre todos.
A veces por situaciones cotidianas o imprevistos del destino, nos alejamos un poco de nuestros amigos, sin que eso signifique que los olvidamos.
Pero siempre es necesario retomar el camino y regresar a lo que nos unió con tantas personas, sin importar la distancia o el tiempo.
Por eso quiero aprovechar este inicio de año para saludar a toda esa gente maravillosa que he conocido en este espacio a través de los últimos años y enviarles un gran abrazo y desear que haya mucha felicidad y éxito en sus caminos para este 2011.
Reciban los mejores deseos de un amigo sincero y disculpen si a veces me tardo en saludarlos, pero nunca los olvido.
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Luz de luna que inspira fantasías de todo tipo.
Magia indescriptible que inunda los sentidos y nubla la razón.
Desenfreno de deseos al sentir esa energía recorriendo la piel y actuando como cómplice con el silencio de la noche.
Incitante despertar de sueños y anhelos que gritan desde adentro pretendiendo ser liberados.
Escaparate del alma y los instintos primarios mezclados al contemplar la belleza de la luna.
Sensación de libertad sin temores ni prejuicios bajo el cobijo de las estrellas mismas.
Luna llena, símbolo mítico para muchos y desencanto de deseos prohibidos para otros en la cadenciosa danza de las siluetas y los reflejos. . .
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Una noche fría y calmada.
Tiempo para pensar tantas cosas. Añorar algunas y recordar otras.
La vida pasa como una historia de cine. Cada momento tratando de ser único e irrepetible.
El frío parece interrumpir mis pensamientos mientras el humo sale con prisa al fumar un poco.
¿ Qué pasará mañana? . . . nunca se sabe.
Cierras los ojos para sentir más, como queriendo alcanzar la felicidad dentro de ti, la tranquilidad de tu alma... la esperanza de un nuevo día.
Y mientras tanto, las curiosas formas de la oscuridad y el reflejo de la luna te hacen divagar más, deseando que esa calma nocturna fuera eterna.
Suspiras y meditas cada idea en tu cabeza, cada recuerdo en tu mente... y el frío consigue distraerte una vez más.
Creo que es tiempo de ir a dormir y continuar el mismo viaje abstracto en el mundo de los sueños.
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