1.940

   Ya asentados en Carabanchel, fuimos normalizando nuestra vida de familia. Mis hermanos Juan y Nicolás habían comenzado a ir al colegio de don Narciso a primeroS de noviembre de 1939, puesto que ya estaban en edad escolar y debían ir al colegio.
   Era el de don Narciso, un colegio privado, situado en la primera planta de un viejo caserón, en lo que había de ser el salón de su vivienda. Tendría unos 50 m² y un balcón que daba al jardín de entrada y estaba situado sobre el portón que daba paso al zaguán que conducía a la escalera. En esta 1.ª planta había otra vivienda de dimensiones más reducidas, a la sazón deshabitada.
   Don Narciso tenía fama de buen maestro, de los de pedagogía de castaño (una vara de nudos de cincuenta centímetros) y pelota de tenis que utilizaba con gran puntería sorprendiendo a los charlatanes y distraídos.
   Allí se integraron inmediatamente miS dos hermanos, como ya he dicho, y pronto tuvieron muchas amistades entre los numerosos alumnos que allí acudían. Angelote y "Jetachivo" (hijos del portero del Colegio de la Unión, de huérfanas de militares), el Bailarín, Zenón y Palomares, Eusebio y su primo Tivo (así motejado por el resto de los chiquillos porque cuando le preguntaban los casos gramaticales contestaba seis palabras con principio ininteligible y terminadas en tivo, eso sí con una velocidad vertiginosa que no le valía para que don Narciso le aplicara la justicia de su vara), Tinín, hijo de un agente de policia, Mariano García y su hermano Carlos, cuya madre viuda trabajaba de costurera en el Hospital Militar, junto a los hijos de Nicasio Leralta (el tendero de ultramarinos de la calle Batalla de Torrijos), el hijo de Patier (el panadero), Emilio Torneiro (el hijo del tendero de ultramarinos de " las cuatro esquinas"), Benesac, qye vivía cerca del hospital, y otros muchos chavales que allí acudían a aprender y a pasar frío.