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14/06/2024
29/12/2023
28/12/2023
Dedicado a mi amigo Fernan, a quien todos conocemos por "CORREMUNDOS" quien en su último comentario en este fotolog, me preguntó por este personaje.
Si miras la baraja del Tarot verás una carta como ésta:
Es la representación de la Papisa Juana como ramera de Babilonia.
Y ¿quién fue la Papisa Juana?
Juana, nacida en Maguncia, era hija de un monje, Gerbert que difundió el evangelio entre los sajones, por eso tuvo la oportunidad de realizar estudios religiosos bajo nombre masculino y disfrazada de varón, según la versión de Martín "el Polaco", para seguir a su amante que seguía estudios religiosos.
Al recorrer diversos monasterios como copista, se relacionó con grandes personalidades de su época como la emperatriz Teodora a quien conoció en Costantinopla, y al rey Carlos el Calvo en el reino galo.
Después en 848 ejerció un importante puesto docente y, siempre como hombre, medró ante la Curia y fue presentada al Papa León IV, convirtiéndose en Secretario Pontificio.
Cuando murió Leóm IV se hizo elegir Papa con el nombre de Benedicto III o Juan VIII (en esto no se pusieron de acuerdo los diversos escritores que se han referido a la leyenda. Por otra parte no aparece en la lista de los papas).
En lo que si coinciden es en que dos años después, dio a luz durante una procesión y fue lapidada por el gentío asistente.
Parece que el causante del embarazo de la Papisa Juana fue Lamberto de Sajonia.
Siempre según la leyenda, la suplantación de Juana obligó a la Iglesia a proceder a una verificación ritual de la virilidad de los papas electos. Un eclesiástico estaba encargado de examinar manualmente los atributos sexuales del nuevo pontífice a través de una silla perforada. Acabada la inspección, si todo era correcto, debía exclamar: Duos habet et bene pendentes (Tiene dos, y cuelgan bien). Además, las procesiones, para alejar los recuerdos dolorosos, evitaron en lo sucesivo pasar por la iglesia de San Clemente, lugar del parto, en el trayecto del Vaticano a Letrán.
CHISTE
Un día Pepito le dice a su papá:
- Papá, dame un vaso con agua.
El papá se lo da, y al poco rato regresa y le pide otro y el padre contesta:
- Pero ¿cómo si ya te he dado cinco?
Y Pepito le contesta:
- ¡Es que se está quemando mi cuarto!
¡Hola Pablo!
Siempre me pareció sorprendente esta leyenda, que incluso se llegó a dar por cierta hasta entrado el siglo XIX, cuando empieza ha investigarse de forma seria, no encontrándose ningún documento que pudiera avalar la leyenda.
Respecto a ese rotundo "Duos habet et bene pendentes", hay otra versión más suave. Tras el concienzudo examen de los testículos del nuevo Papa, el diácono proclamaba “Mas nobis nominus est” (Nuestro nominado es señor)a lo que respondían a coro los presentes ¡Deo gratias!
Saludos
jajajajaj, muy buen chiste, como siempre.
Feliz dia y un besito cielo.