Estamos llegando al mes de la creación de Radio Navafría Clásica que empezó a funcionar el 1 de junio a las 0 horas: Sonaron las doce campanadas en el reloj y una locución que decía:     

   -"Son las cero horas, medianoche en Navafría".
   Sobre un fondo musical , una voz anunció:     

   -"Escuchas Radio Navafría Clásica tu emisora en internet".
   Desde entonces un agradable flujo de las mejpres obras musicales de grandes compositpres de todos los tiempos se suceden sin descanso durante las 24 horas del día.
   Su hermana gemela RadioNavafría mía! se había adelantado en el parto y vio la luz el 28 de mayo a las dieciocho horas ofreciendo una programación de música joven.
   Su alcance universal a través de internet lleva el nombre de Navafría por todo el planeta desde Alaska hasta Sidney,  desde Brasil a Rusia según tenemos constancia en nuestras primeras estadísticas.
   Pero queremos más. Queremos audiencia prolongada de al menos cinco mil oyentes durante dos horas diarias. Por eso pedimos tu colaboración: invita a conectarse a todos tus amigos en las redes sociales y pídeles que ellos lo hagan también. Que agreguen nuestros enlaces favoritos y se conecten a diario.

Escucha Radio Navafría mía en internet con la mejor música jóven durante las 24 horas del día. Si lo que te va es la música clásica tu opción es Radio Navafría Clásica

http://radio-navafriamia-.playtheradio.com/

http://radionavafriaclasica.playtheradio.com/

¿Sonreímos?

La radio del campesino

   Llega un campesino a un bar con una radio bajo el brazo ofreciéndola en venta.

   En una mesa cercana hay varios hombres que al verlo tan humilde se proponen quitarle la radio sin pagarle un centavo.

   Uno de los hombres le comenta a los otros:
    - Os aseguro que con unas cervezas encima, ese campesino terminará rebajando el coste de la radio hasta casi nada.
Por lo que lo invitan a sentarse con ellos. Entonces, preguntan al campesino:
    - ¿En cuánto nos vendes tu radio?
    - 30 euros, responde de manera ingenua.
    - Ok, vamos a tomarnos unas cervezas y luego hablamos.
    Al cabo de un rato ya se han tomado varias cervezas cada uno y le vuelve a preguntar:
    - Y entonces, ¿En cuánto la vendes?
    - Bueno, dame 10 euros - responde el campesino.
    - Me parece mejor. ¡Vamos, te invito a otras cervezas!
    Luego de un buen rato le pregunta nuevamente al campesino,
    - Y ahora, ¿En cuánto me la vendes?
    - Dame 5 euros para poder irme a mi casa.
    El hombre, viendo la posibilidad de quedarse con la radio, decide continuar con la ronda de cervezas y luego de otro buen rato insiste:
    - Y ahora campesino, ¿En cuánto me lo vendes?
    A lo que el campesino responde:
    - Te voy a decir la verdad, yo quería vender la radio para beber cerveza pero, como ya estoy borracho he decidido no venderla e irme ya a mi casa.

¡Sé feliz!