EN APOYO DE LA HOMEOPATÍA

Me han llegado noticias preocupantes acerca del futuro de la medicina en
España. En la Web http://www.homeopatia-si.es/# puede encontrarse información sobre cómo el gobierno español planea, de acuerdo con las grandes empresas farmacéuticas (casi todas ellas multinacionales), subir los impuestos de las pequeñas empresas que producen los medicamentos homeopáticos hasta límites insospechados.

Este tema se puede abordar desde muchos puntos de vista:

Podríamos entrar en la consideración de las relaciones entre el Ministerio de Sanidad y las industrias farmacéuticas y de cómo, a fin de reducir el gasto farmacéutico, el Estado
Tomó unas decisiones que lógicamente redujeron los ingresos de estas empresas. La cuestión –perfectamente planteada- es que si el principio activo con que se trataba cualquier enfermedad tenía un coste X en las farmacias, el estado, a través de la Seguridad Social, no pagaba el X+Y que costaba otros medicamentos con la misma composición química, pero con distinto nombre comercial, un nombre en el que su fabricante había invertido un buen montante de dinero para popularizarlo a través de la publicidad y de otras series de incentivos dados por otras vías. De esta forma, el Estado (es decir, los ciudadanos) se ahorró un buen puñado de millones, los cuales quedaron sin ingresar dichas empresas.

Y ahorra ocurre que un número importante de ciudadanos se están pasando de la medicina alopática a la homeopática; y también a la naturista, a la medicina tradicional china, a... con unos remedios medicamentosos muy distintos a los alopáticos y sensiblemente más baratos.

Y podríamos profundizar en esa línea de análisis, haciéndonos muchas preguntas... Pero prefiero entrar en una comparativa entre las medicinas alopáticas y homopáticas, a fin de que comprendamos mejor el funcionamiento de cada una y, en base a dicha comprensión, nos planteemos, siquiera hipotéticamente, cuál de ellas nos haría mayor bien.

La primera diferencia entre ambas radica en que mientras la alopatía trata el síntoma, la homeopatía trata la cusa. Tomemos este ejemplo: si una persona tiene tos de pecho y expectora, un médico alópata le recetará algo para eliminar dichos síntomas, mientras que uno homópata investigará qué los ha producido, inquiriendo acerca de su comportamiento tanto psíquico como físico, ya que entiende que la salud es algo global de todo el individuo y que la enfermedad no es algo puntual, sino que lo ataca en su globalidad.

Así, uno recetará una medicina que elimine la tos y la expectoración y otro un remedio que acelere el proceso, no solo de estos síntomas, sino de todo lo que se haya detrás de los mismos.

Si eliminamos la expectoración, los elementos que a través de la misma el enfermo está intentando eliminar se quedarán en el cuerpo y el organismo necesitará producir un nuevo caso agudo para intentar eliminarlos; pero, si este nuevo intento de darles salida también es bloqueado por la medicina alópata, el caso terminará haciendo crómico y se buscarán vías de salida alternativas... Es decir, que la vieja costumbre de “cortar el síntoma” no solo no sana, sino que complica la sanación, aunque esta afirmación no pueda aplicarse al 100% de los casos.

En cambio la medicina homeopática acelera la expulsión de las toxinas y de las substancias que el organismo necesita eliminar a través de la tos y de la expectoración, no quedándose en estos síntomas, sino yendo a la causa de los mismos y promoviendo una sanación en profundidad.

Estas diferencias entre ambas medicinas pueden verse claramente a la luz de los principios de polaridad y de ritmo. Porque la alopatía produce un movimiento inverso al de la enfermedad, en sentido contrario a lo que esta produce, que es la salida de cuerpo de los elementos patológicos, teniendo, por tanto, una polaridad adversa, y lo hace con un ritmo lento, porque tarda en que el cuerpo se recupere de ese intento frustrado de eliminar los tóxicos. En cambio, la homeopatía, tiene la misma polaridad, ya que incentiva la salida de esos elementos del cuerpo, y un ritmo rápido, por cuanto la acelera.

El reconocimiento de la Homeopatía como una forma de medicina perfectamente válida, los curso que en los Colegios de Médicos se están dando para formar médicos homeópatas y tantas otros pasos que se han dado en favor de la salud pública, ¿dónde acabarán, si se impide que las medicinas alópatas sigan fabricándose al precio tan al alcance de todos que tienen actualmente? ¿A quién favorece todo esto?

Si quiere usted apoyar a quienes se tratan actualmente con la homopatía o puedan hacerlo en un futuro, puede entrar en la página que dejé al principio de este pic y dejar su firma.