el acto de pensar ha sido representado en muchas tallas y pinturas a lo largo de la historia de la humanidad.
No es que se trate de un acto habitual, sino que es tan continuado que descartes llegó a identificarse con su pensamiento: "Cógito, ergo sum", o "pienso, luego existo", afirmó.
Pero, curiosamente, nadie se ha preguntado si sabemos pensar.
Tal vez porque lo contínuo del acto lo hace (engañosamente) perfecto en sí; en todo caso, nos interrogamos acerca de los contenidos del pensamiento y rápidamente diferecniamos los contenidos reales de los imaginarios, asegurándonos, consecuentemente, de que el acto del pensar sigue siendo correcto.
Sólo en los sujetos cuyos contenidos del pensamiento inmplican la confusión entre la realidad y la imaginación o la fantasía, nos planteamos que su mecanismo pensante esté deteriosado.
¿Pero, dejando a un lado todo aspecto académico, estamos seguros de que pensamos correctamente, por muy cuerdos que seamos?
¿qué creéis?

Hay cosas que te hacen pensar.

Y hay cosas que te orientan en la vida, te hacen saber dónde estás y hacia dónde vas.

Otras, en cambio, simplemente te hacen pensar acerca de la naturaleza humana: ¿qué soy? Según parece, algunos aún no lo tienen muy claro.

¿Y vosotros, mis estimados amigos, habéis averiguado ya vuestra naturaleza o estáis parados delante de una puerta cerrada?

en España, 7 millones de personas han elegido la homeopatía como su medicina principal o complementaria, siete millones de personas que están a punto de ver truncada su elección a causa de un decreto ley que que a gravar tributariamente los reparados homeopáticos hasta el punto de cerrar los laboratorios.

Y no es broma ni cosa para tomársela a la ligera.

Básicamente, se trata de lo siguiente: en homeopatía existen miles, millones de preparados distintos, pues estos se hacen a partir de una misma sustancia medicamentosa, a la cual se la diluye, teniendo cada dilución centesimal (o de otra clase) unas propiedades y unos efectos distintos.

Pues bien, el MInisterio de Sanidad pretende que se cataloguen todas las diluciones posibles e impositivamwente se pague por cada una de ellas como si de un remedio nuevo se tratase, al contrario de lo que hacen en Francia y otros paises europeos, donde sólo se paga por la cepa y no por las diluciones.

Por ejemplo: consideremos un medicamento homeopático como el mercurio o el lycopodium. Este, una vez preparado, sería la cepa, y por la misma se pagan impuestos en esos países europeos. ahora, según la prescripción médica, el laboratorio tiene que preparar la dilución, de las que hay cientos y cientos para cada cepa. Hay algunas diluciones muy comunes en su uso, pero otras, la inmensa mayoría, son de escaso uso, el cual depende del caso concreto en que esté cada paciente.

En homeopatía no hay aspirinas para tratar todos los dolores de cabeza, sino que cada paciente es individualizado al máximo y se le da un remedio específico para él; y la dilución prescrita es fundamental. Un médico puede decidir mandar diluciones CH o mandarlas K o de otra clase, según el paciente y caso concreto a tratar y también según su experiencia, e incluso iniciar una nueva gama de diluciones.

Los precios de venta al público de una dilución son bastante competitivos comparados con las medicinas alopáticas (las que suelen mandar los médicos de los sistemas de salud al uso en la mayoría de países) y no solo son inferiores a la mayoría de ellos, sino que ofrecen mejores resultados y duran mucho más tiempo.

¿Qué gana el Ministerio de Sanidad forzando la aprobación de esta norma, que incluso va en contra -según me informan- de otras normas legales de rango superior?

¿A quién beneficia esta política del Ministerio de Sanidad?

¿Por qué el Ministerio de Sanidad no le explica a los siete millones de pacientes que siguen tratamientos homeopáticos que, de repente y a causa de una norma suya hecha en contra de la opinión de los médicos homeópatas y de los pequeños laboratorios que los producen, pueden quedarse sin medicamentos, salvo que las grandes farmacéuticas los traigan del exterior u otra brillante idea?

¿Por qué el Ministerio de Sanidad no quiere que se conozca nada acerca de esta norma y de su inmediata aprobación?

¿Para beneficio de quién está trabajando el Ministerio de Sanidad?

Me han llegado noticias preocupantes acerca del futuro de la medicina en
España. En la Web http://www.homeopatia-si.es/# puede encontrarse información sobre cómo el gobierno español planea, de acuerdo con las grandes empresas farmacéuticas (casi todas ellas multinacionales), subir los impuestos de las pequeñas empresas que producen los medicamentos homeopáticos hasta límites insospechados.

Este tema se puede abordar desde muchos puntos de vista:

Podríamos entrar en la consideración de las relaciones entre el Ministerio de Sanidad y las industrias farmacéuticas y de cómo, a fin de reducir el gasto farmacéutico, el Estado
Tomó unas decisiones que lógicamente redujeron los ingresos de estas empresas. La cuestión –perfectamente planteada- es que si el principio activo con que se trataba cualquier enfermedad tenía un coste X en las farmacias, el estado, a través de la Seguridad Social, no pagaba el X+Y que costaba otros medicamentos con la misma composición química, pero con distinto nombre comercial, un nombre en el que su fabricante había invertido un buen montante de dinero para popularizarlo a través de la publicidad y de otras series de incentivos dados por otras vías. De esta forma, el Estado (es decir, los ciudadanos) se ahorró un buen puñado de millones, los cuales quedaron sin ingresar dichas empresas.

Y ahorra ocurre que un número importante de ciudadanos se están pasando de la medicina alopática a la homeopática; y también a la naturista, a la medicina tradicional china, a... con unos remedios medicamentosos muy distintos a los alopáticos y sensiblemente más baratos.

Y podríamos profundizar en esa línea de análisis, haciéndonos muchas preguntas... Pero prefiero entrar en una comparativa entre las medicinas alopáticas y homopáticas, a fin de que comprendamos mejor el funcionamiento de cada una y, en base a dicha comprensión, nos planteemos, siquiera hipotéticamente, cuál de ellas nos haría mayor bien.

La primera diferencia entre ambas radica en que mientras la alopatía trata el síntoma, la homeopatía trata la cusa. Tomemos este ejemplo: si una persona tiene tos de pecho y expectora, un médico alópata le recetará algo para eliminar dichos síntomas, mientras que uno homópata investigará qué los ha producido, inquiriendo acerca de su comportamiento tanto psíquico como físico, ya que entiende que la salud es algo global de todo el individuo y que la enfermedad no es algo puntual, sino que lo ataca en su globalidad.

Así, uno recetará una medicina que elimine la tos y la expectoración y otro un remedio que acelere el proceso, no solo de estos síntomas, sino de todo lo que se haya detrás de los mismos.

Si eliminamos la expectoración, los elementos que a través de la misma el enfermo está intentando eliminar se quedarán en el cuerpo y el organismo necesitará producir un nuevo caso agudo para intentar eliminarlos; pero, si este nuevo intento de darles salida también es bloqueado por la medicina alópata, el caso terminará haciendo crómico y se buscarán vías de salida alternativas... Es decir, que la vieja costumbre de “cortar el síntoma” no solo no sana, sino que complica la sanación, aunque esta afirmación no pueda aplicarse al 100% de los casos.

En cambio la medicina homeopática acelera la expulsión de las toxinas y de las substancias que el organismo necesita eliminar a través de la tos y de la expectoración, no quedándose en estos síntomas, sino yendo a la causa de los mismos y promoviendo una sanación en profundidad.

Estas diferencias entre ambas medicinas pueden verse claramente a la luz de los principios de polaridad y de ritmo. Porque la alopatía produce un movimiento inverso al de la enfermedad, en sentido contrario a lo que esta produce, que es la salida de cuerpo de los elementos patológicos, teniendo, por tanto, una polaridad adversa, y lo hace con un ritmo lento, porque tarda en que el cuerpo se recupere de ese intento frustrado de eliminar los tóxicos. En cambio, la homeopatía, tiene la misma polaridad, ya que incentiva la salida de esos elementos del cuerpo, y un ritmo rápido, por cuanto la acelera.

El reconocimiento de la Homeopatía como una forma de medicina perfectamente válida, los curso que en los Colegios de Médicos se están dando para formar médicos homeópatas y tantas otros pasos que se han dado en favor de la salud pública, ¿dónde acabarán, si se impide que las medicinas alópatas sigan fabricándose al precio tan al alcance de todos que tienen actualmente? ¿A quién favorece todo esto?

Si quiere usted apoyar a quienes se tratan actualmente con la homopatía o puedan hacerlo en un futuro, puede entrar en la página que dejé al principio de este pic y dejar su firma.

A buen observador... todas las cosas le dicen algo acerca de la forma de ser de las personas, incluidas las suelas de los zapatos.

¿Qué nos pueden decir las suelas de los zapatos acerca de quien los calza? Muchas cosas.

Pero empezaré recordando el viejo caso de un japonés que atendía una posada, pero –sin que nadie lo supiera- tenía un gran conocimiento acerca de la diagnosis oriental. Como es costumbre, los huéspedes se quitaban los zapatos antes de entrar en la “ryokan” y el posadero, examinando las suelas de los zapatos en base al conocimiento que tenía, determinaba en qué habitación debía colocar a cada uno. Así, por ejemplo, sabía si un cliente roncaba, en cuyo caso le daba la habitación más apartada, o si otro debía estar situado cerca del cuarto de baño, o si a otro debía cobrarle por anticipado...

¡Y todo eso sólo con examinar las suelas de los zapatos! ¿Cómo era posible?

El posadero era conocía los meridianos de la Medicina Tradicional China, que recorren el cuerpo humano verticalmente, bien en sentido ascendente o descendente, y conocía los efectos que el desequilibrio en los mismos produce en los pies y, por tanto, sobre los zapatos.

Una persona que lleva los zapatos bien cuidados es alguien que atiende a los pequeños detalles de la vida; pero, por lo general, son el elemento de nuestra indumentaria que menos atendemos. Por eso se muestran tan reveladores.

Nosotros vamos a sobrevolar todo ese conocimiento previo que tenía el posadero y nos vamos a centrar en los zapatos y en qué nos dicen. Las zonas de desgaste son cuatro: la de la puntera, del tacón, y las dos laterales. Vamos a ver qué significa cada una. No siempre hay una sola zona gastada; también pueden ser dos.

En Japón hay una serie de escalas para determinar sobre qué parte del pie se descarga más peso (y se desgasta esa zona de las suelas), que están conectadas a un ordenador que, gracias a un programa, analiza el carácter que tiene cada persona. Como nosotros no tenemos ese programa, vamos a tener que memorizar algunas cosas, lo que no será nada difícil. Estas cosas deben ser entendidas de una forma general. Unos zapatos viejos o de mucho uso dicen mucho más que unos nuevos o de poco uso; es preferible enjuiciar unos zapatos viejos, que nos indica que esa persona se siente cómoda con ellos.

DESGASTE EN LA PUNTERA
Si el desgaste principal está en la zona de los dos primeros dedos, nos indica que el meridiano del estómago está muy activo. Esto significa que quien lleva esos zapatos siempre tiene ganas de comer, que es alguien impaciente, nervioso, con ganas de conocer el final de las cosas, por temor a que su deseo no sea satisfecho.

Dicen los expertos en diagnosis oriental que estas personas se “golpean mucho en la cabeza”, porque –por su impaciencia y nerviosismo- suelen tener muchos golpes e incluso accidentes.

DESGASTE EN EL TALÓN
En este caso, el meridiano involucrado es el riñón, e indica que estos órganos están sobrecargados de trabajo.
Estas personas suelen consumir más líquido del que eliminan y padecer de dolores lumbares; pueden cansarse rápidamente y sentirse perezosas a la hora de hacer algo, por lo que vacilan a la hora de tomar decisiones y temen lo que pueda depararles el futuro; no suelen arriesgarse, buscan la seguridad en todo cuanto hacen, pero sin encontrarla.

DESGASTE EN EL BORDE INTERIOR
Los implicados son los meridianos del bazo y del hígado, estando ambos sobrecargados.
Estas personas suelen ser zambas (piernas dobladas hacia fuera y las rodillas muy juntas). Suelen tratarse de personas frustradas, sobre todo en su vida sexual, y pueden tener algunos problemas en estos órganos; todo esto dificulta su relación con otras personas, sobre todo del otro sexo, y las hace más o menos poco sociables o tímidas.

Pueden tener dolores de cuello y hombros.

DESGASTE EN EL BORDE EXTERIOR
Estas personas, al contrario de las anteriores, tienen las piernas algo arqueadas hacia fuera y los meridianos implicados son los de la vedija y la vesícula biliar.

Son personas que comen demasiado, les gustan mucho los condimentos y suelen llegar al sobrepeso; son propensas a la rabia, al temor y a la hostilidad, tiene una naturaleza eminentemente práctica y le cuesta tomar decisiones.

Puede sufrir dolores en los hombros.


LOS OLORES DE LOS ZAPATOS

Y ya, para terminar, digamos algo sobre los olores que pueden tener algunos zapatos.

Si el olor es fuerte, repugnante y ácido, se trata de una persona cuyos riñones tienen mucho trabajo, que puede tener sobrepeso e hipertensión; y que come demasiados alimentos de origen animal.

Si el olor es dulce, los meridianos del bazo y del páncreas están relacionados, puede sufrir diabetes o hiperglucemia; come muchos alimentos dulces.

Si el olor es saldo, indica que los riñones están sobrecargados.

Y un olor acre, indica un desequilibrio en el meridiano del intestino grueso.


P.D. Hace tiempo que tenía ganas de hablar de los meridianos. Pensaba hacerlo desde una perspectiva más general, que entroncase con otros temas tratados anteriormente. Pero ha salido así. Estas cosas está bien conocerlas, tenerlas en cuenta, sobre todo en casa, a la hora de valorar cómo están nuestros familiares. E incluso, a veces, nos permiten llegar más lejos. Pero, obviamente, con los elementos tan escasos que he escrito, no se debe pretender hacer mucho más. En un futuro, cuando siga tratando de los meridianos, todo esto se podrá retomar y ampliar.


AMPLIACIÓN

Abordar El tema de qué son los meridianos es complicado, porque no llevo expuesta toda la materia temática que previamente debería tener acotada. Por lo tanto, procuraré hacer una breve exposición de ideas que meramente sitúe el tema y trace conexiones con otros ya tratados; obviamente, muchas cosas quedarán en el aire, sin tratar...

1.- La Gran Explosión o Big- Bang dio origena un largo proceso evolutivo que ha causado todo cuanto conocemos a nivels macro y microcósmicos. Nuestro planeta, la vida en él y la especie humana como su culminación ha representado la cima de dicho proceso.

2.- La evolución ha sido tanto a niveles físicos como metafísicos. Físicamente, como lo demuestra todo cuanto es objeto de nuestra experiencia directa; metafísicamente, es decir, situado más allá o fuera de dicha experiencia directa, como lo demuestran pruebas tales como la fotografía kirliam y otras, que son herramientas de trabajo de la parapsicología.

3.- Estas pruebas metafísicas demuestran que el ser humano es algo más que un cuerpo físico, material, en el que tienen lugar toda una amplia gama de reacciones químicas que causan las emociones y demás estados anímicos.

4.- Dentro de este rango metafísico, lo primero que se pudo constatar fue lo que se ha dado en llamar el “cuerpo etérico”, el cual envuelve al físico como si fuera un guante, alcanzando una distancia de la piel de varios dedos. Este cuerpo no solo es independiente del físico, sino que es preeminente sobre él, entre otras cosas, por dos razones: primera, en los animales con capacidad regeneradora de los miembros perdidos, es el encargado de conducir dicha regeneración; y en los seres humanos, cuando se pierde un brazo o una pierna, es el responsable de la experiencia conocida como “miembro fantasma”, en la que el sujeto sigue sintiendo que tiene ese miembro.

5.- Este cuerpo etérico se relaciona con lo que en pics anteriores he expuesto sobre los deseos. Y es también de una alta sensibilidad eléctrica.

6.- Lo mismo que los deseos necesitan y tienen lugar en una sustancia determinada, las emociones (satisfacción) y el amor también se relacionan con otras sustancias, cada una de ellas de menor densidad que la anterior. Cada una de ellas se une al cuerpo físico a través de unas líneas de fuerza, las cuales se juntan y enlazan en una cierta cantidad de puntos del cuerpo físico. Los siete puntos principales son los conocidos como centros de energía o chakras.

7.- Estas líneas de unión trazan los meridianos.

8.- Una acción definida sobre un punto de los meridianos causa efecto en toda la globalidad del ser humano, precisamente porque se está estimulando, equilibrando o sedando una acción interna del ser (recordemos que se puede obrar de pensamiento, palabra u obra; por acción o por omisión), en la que el deseo que nos mueve, la satisfacción que se busca y el amor que se ponen en la misma siempre están presentes, en equilibrio o en desequilibrio, pero siempre están.

9.- Y así llegamos de nuevo al tema del equilibrio y a lo que la relajación puede hacer por el mismo.