La Fuerza Universal
El Amor de Cristo
Al abordar la manifestación del caracter de Dios , no debemos olvidarnos de la verdad más importante acerca de él como padre que entrego a su hijo para que heredaramos su plenitud:En su luz cristo recibio su corona universal de vida para que fluyera la palabra de Dios.Porsupuesto por esta acción en su espiritu se refleja en toda su creación que posee infinito amor y con esta fuerza rodea toda su naturaleza en nuestra tierra. El apóstol Juan resumió perfectamente la naturaleza y el carácter de ambos al escribir que “Dios es amor”una fuerza poderosa en nuestro mundo por lo cual recibimos su pacto.
El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.
El amor de Dios es poderoso y busca continuamente el bien de todos en su creación la naturaleza debe comportarse generosamente.
| 1 Juan 4:16: | Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. |
Cuando Dios permitió que Moisés viera algo de su gloria, se le reveló como el “Dios clemente y compasivo, lento para la ira y grande en amor y fidelidad, que mantiene su amor hasta mil generaciones después, y que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado” (Éxodo 34:6-7, NVI).
El amor es el cimiento del carácter y la ley de Dios. Es la raíz de todo lo que Dios le ha revelado a la humanidad en las Sagradas Escrituras se expresa el mandamiento mas importante(Mateo 22:35-40). El apóstol Pablo consideró el amor como la virtud cristiana “más excelente”
(1ro Corintios 13:13, NVI). Es el primer aspecto del fruto del Espíritu de Dios que mencionó (Gálatas 5:22). En Colosenses 3:14 escribió que el amor es el “vínculo perfecto”; es lo que proporciona la unión perfecta de todo. Es el cumplimiento de la ley de Dios (Romanos 13:10).
Esta asombrosa virtud comprende hasta el amor a nuestros enemigos (Mateo 5:44-45; Lucas 6:35).
Una vez que nos arrepentimos y retornamos a su amor, podemos empezar a mostrar esta clase de fuerza con tendencia hacia el bien por medio del Espíritu de su palabra. Dios quiere que aprendamos a pensar como él piensa y a obrar en nuestra alma como él obra en el poder de sus fuerzas.
Cuando practicamos esa clase de amor, mostramos la imagen de Dios (reflejamos su carácter), aunque todavía somos humanos. El apóstol Pablo nos dice que nuestra actitud “debe ser como la de Cristo Jesús” (Filipenses 2:5, NVI), en quien se personificó el amor de Dios a grado tal que dio su propia vida por nosotros.
En uno de los pasajes más conocidos de la Biblia se nos dice que “tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16, NVI). Dios no sólo quiere darnos el inapreciable don de la vida eterna, sino que también quiere compartir con nosotros todas las cosas como miembros de su familia en cristo (Hebreos 2:6-8; Romanos 8:16-17).
Vez tras vez en las Escrituras se nos revela que en Dios se personifica perfectamente un verdadero amor del que se alimenta todo nuestro universo.
