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La Profecia
El Mesías
Tal vez la más grandiosa de todas las profecías Mesiánicas en el Tanaj (las Escrituras Hebreas /el Antiguo Testamento) concernientes al advenimiento del Mesías judío se encuentra en el capítulo 53 del profeta Isaías. Esta sección de los Profetas, conocida como el “Siervo Sufriente,” ha sido entendida desde hace mucho tiempo por los rabinos históricos del judaísmo, que habla del Redentor que un día vendría a Sion. Esta es una muestra de lo que el judaísmo ha creído tradicionalmente acerca de la identidad del
‘Él fue herido por nuestras transgresiones,’ etc…. Hay en el Jardín del Edén un palacio llamado el Palacio de los Hijos de la Enfermedad; entonces en este palacio entra el Mesías, y convoca a cada enfermedad, cada dolor, y cada castigo de Israel; todos vienen y reposan sobre él. Y si no fuera porque él ha aligerado así a Israel y los ha puesto sobre sí mismo, no habría ningún hombre capaz de soportar los castigos de Israel por las transgresiones de la ley: y éste es aquél de quien está escrito: ‘Sin duda él ha llevado nuestra enfermedad.’”
El gran (RaMBaM) Rabí Moshé ben, Maimónides dice, “Cuál es la forma de la llegada del Mesías… se levantará uno de quien ninguno había sabido antes, y las señales y maravillas que verán realizadas por él, serán la pruebas de su verdadero origen; porque el Todopoderoso, donde nos declara su pensamiento sobre este asunto, dice, ‘He aquí un hombre cuyo nombre es Renuevo, y él brotará del lugar donde está.’ (Zacarías 6:12). E Isaías habla de forma similar sobre el tiempo cuando él aparecerá, sin padre ni madre o familia que se haya conocido, Él creció como un renuevo tierno delante de él, y como raíz de tierra seca, etc.,…. En las palabras de Isaías, cuando describe la manera en la que los reyes lo escucharán. Ante él, los reyes cerrarán su boca; porque aquel de quien no se les había hablado ellos han visto, y aquel del cual ellos no habían oído, han percibido.”
Desafortunadamente, los rabinos modernos del judaísmo, creen que el “Siervo Sufriente” de Isaías 53 se refiere tal vez a Israel. Pero es claro que Isaías – habla del Mesías, como muchos antiguos rabinos concluyeron.
El segundo verso de Isaías 53 confirma esto claramente. La figura crece como “un renuevo y como raíz de tierra seca.” El renuevo que aparece es más allá de toda duda razonable una referencia al Mesías, y de hecho, es una referencia Mesiánica, común en Isaías y en otras partes. La dinastía davídica iba a ser cortada en juicio como un árbol caído, pero se había prometido a Israel que un nuevo retoño surgiría del tocón. El Rey Mesías debía ser ese renuevo.
Más allá de toda duda, el “Siervo Sufriente” de Isaías 53 se refiere al Mesías. Él es aquel altamente exaltado, ante quien los reyes cerrarán su boca. El Mesías es el renuevo que surgió de la caída dinastía Davídica. Él se convirtió en el Rey de reyes. Él proveyó la última expiación.
Isaías 53 debe ser entendido como una referencia a la venida del Rey Davídico, el Mesías. El Rey Mesías fue profetizado que sufriría y moriría para pagar por nuestros pecados para después resucitar de nuevo. Él serviría como un sacerdote a las naciones del mundo y aplicaría la sangre de la expiación para limpieza de aquellos que creyeran. Hay solo Uno a quien esto puede referirse – ¡Jesucristo!
Aquellos que Lo confiesen son Sus hijos, Su descendencia prometida, y el botín de Su victoria. De acuerdo al testimonio de los apóstoles judíos, Jesús murió por nuestros pecados, resucitó, ascendió a la diestra de Dios, y ahora sirve como nuestro Sumo Sacerdote quien nos limpia del pecado (Hebreos 2:17; 8:1). Jesús, el Mesías judío, es aquel a quien Isaías profetizó.
Rabí Moshe Kohen Ibn Crispin dijo, “Este rabino describió a aquellos que interpretan Isaías 53 como una referencia a Israel, para aquellos que “habiendo abandonado el conocimiento de nuestros maestros, e inclinándose tras la ‘terquedad de sus corazones,’ y de su propia opinión, me complazco en interpretar, de acuerdo con las enseñanzas de nuestros rabinos, sobre el Rey Mesías. Esta profecía fue entregada por Isaías ante la orden divina con el propósito de darnos a conocer algo acerca de la naturaleza del futuro Mesías, quien está por venir y liberar a Israel, y su vida desde el día en que llegue en discreción hasta su aparición como un redentor, a fin de que si alguien se levanta a reclamar ser él mismo el Mesías, podamos reflexionar, y corroborar si podemos observar en él alguna semejanza a los rasgos aquí descritos; si tal semejanza existe, entonces podemos creer que él es el Mesías, nuestra justicia, pero si no, no podemos hacerlo.”